Precampañas; El prólogo:
Hola
mis gasolineados, gaseados y electrizados ciudadanos de Chicoloapan,
les deseo año 2017. Y digo sólo año porque sería ruin si le agrego el
adjetivo de “feliz”. La cosa es que ya pueden estar contentísimos por
las medidas (¿o desmedidas?) acciones que están tomando los gobernantes,
todo por el bienestar de nuestras familias. Y si no pregunten a los
representantes en Chicoloapan. Ellos les dirán que todo se está haciendo
por su bien y que mientras descansaban en paraísos turísticos V.I.P.
con sus bonos, aguinaldos y recompensas, seguían pensando en ustedes. No
crean que son ingratos y olvidadizos, pues ya viene la elección de
gobernador en el Edomex y estarán pidiendo el voto para que el tricolor
se mantenga por los siglos de los siglos. Y se toparán con unos
ciudadanos felices y contentos, cansados, sí, pero de tanto patinaje en
hielo y de recibir sonrisas de los reyes magos y Santa Claus.
El 23 de enero inician las precampañas
para que los partidos placeen a sus aspirantes durante una cuarentena.
De ahí saldrá su candidato, que luego de los trámites y procedimientos
buscará el triunfo el domingo 4 de junio. El rival a vencer, como se sabe es el
PRI. El partido de Eruviel Ávila, de Peña Nieto, de Montiel, de Duarte,
de Moreira, del patrón, y de toda esa caterva de politicastros que sin
impudicia se han adueñado del poder y los presupuestos de los mexicanos,
mexiquenses y chicoloapenses. O sea que cualquiera que resulte ser el
ungido tricolor, llegará con el objetivo de mantener y conservar los
privilegios de unos cuantos.
¿Quién será el (la) audaz que le pondrá
el cascabel al gato? Pues no están dormidos. Ya echaron a andar la marea
roja que incluye, como parte sustantiva, la dispersión del voto, pues
por más que el PAN afirme que sólo juntos le pueden ganar al PRI,
sabemos que hay en el Estado de México más de 10 emblemas partidistas
que sumados a los candidotes “independientes”, se prestarán a la
simulación de la competencia electoral. Ya sabemos que el PAN es
cómplice incondicional del PRI y cuando uno cae, el otro lo levanta.
Algunos dirigentes del PRD han sido involucrados en esa lógica de, si
quieres mantenerte política y presupuestalmente, súmate al pacto. Pero
el resultado a ojos vistos es su caída libre en las preferencias
electorales y el abandono del barco de sus figuras emblemáticas.
¿Entonces qué puede pasar en el Estado
de México? La inercia y la estrategia de quienes controlan el aparato de
poder en el país, es que se mantenga el PRI o, de complicarse las cosas
por el descrédito de este partido entre los ciudadanos, empujar al PAN
como escala para el 2018.
La otra opción sería un gobierno de
izquierda. ¿Pero a estas alturas se puede hablar de geometría política
en el Estado de México? Están el PT, MC, PRD y Morena. Los dos primeros
no representan una alternativa de poder; y como sucedió en otros
estados, el PT ha buscado acercamientos con el poder para conservar su
registro.
No hay nada nuevo bajo el sol (azteca).
Cuando en 1989 se fundó el PRD,
encabezado por Cuauhtémoc Cárdenas, fue cuestionado por sus opositores
por incluir dentro de sus filas a expriistas. Era inevitable, los
pleitos son más álgidos cuando los contrincantes formaron parte de la
misma familia. En ese entonces el PRD fue descalificado. Salinas intentó
desaparecer y cooptar a sus dirigentes; impulsó la creación del PT,
como partido de “izquierda” para restarle votos. En los medios era
señalado como partido violento, retrógrada, populista, un peligro para
el país. Pasados los años el PRD entendió que había que ser una
izquierda moderna, propositiva, negociadora y firmante de pactos, por el
bien del país.
En años recientes, de una fractura del
PRD surgió Morena, partido que ahora se asume como la opción de
izquierda, que lucha por las causas populares y busca una cuarta
transformación en México (Las otras tres: La Independencia, la Reforma y
la Revolución). Pero también Morena es ahora el partido destinatario de
las descalificaciones, ya no sólo de la derecha, sino de sus ex
correligionarios del PRD. Era inevitable, los pleitos son más álgidos
cuando los contrincantes formaron parte de la misma familia. El
dirigente nacional de Morena es denostado por violento, retrógrada,
populista, un peligro para México.
Pero un partido va a ganar en junio de
2017 y gobernará el Estado de México por seis años. Ya no será fácil
para el tricolor. Los resultados en las elecciones pasadas, acabaron con
el mito del mal llamado ‘voto duro’. Los ciudadanos aceptarán
los regalos y prebendas, porque saben que no son de los políticos, y
porque hay necesidades. Pero cruzarán la boleta a favor de quién, a su
consideración, pueda frenar en seco las corruptelas e impunidades de
quienes se asumen como gobierno, pero que no hacen nada por el pueblo,
más bien miran a los ciudadanos como fuente inagotable de saqueo de
recursos y un potencial peligro para las comodidades de los políticos y
sus familias.
Lo he dicho y lo repito. No veo a Morena
y su líder nacional como semidioses. Pero reconozco que sí representa
una alternativa diferente a todas esas pandillas de políticos que no
tienen llenadero, y cuyo único propósito es mantener sus privilegios a
costa de la miseria del pueblo. Si el PRI es derrotado en la guarida de
Peña Nieto y Eruviel, estará a un paso de ser expulsado de Los Pinos.
Poco más de 121 mil electores podrán
votar en las casillas que se instalarán el municipio de Chicoloapan el
cercano 4 de junio, de los cuales, 37 mil son jóvenes menores de 30
años; 56 mil entre 30 y 50 años; y 28 mil ciudadanos de más de 50. En
sus manos está la decisión, mis estimados y saqueados ciudadanos.
El desgaseado