domingo, 3 de abril de 2011

La columna Incómoda 96

El actual gobernador del estado de México ha demostrado habilidad política. Recuerdo que en 2006, meses antes de la elección local, escuché de labios de un alto dirigente estatal, dirigiéndose a una organización regional que ejercía una fuerte presión para obtener posiciones: “si su organización piensa que porque el gobernador tiene cara de joven, es un tonto, están muy equivocados. Peña Nieto le va a demostrar que es un político capaz y de gran visión”. Y así fue a juzgar por los resultados obtenidos. Posteriormente, en 2009, el PRI, en parte por la imagen positiva del gobernador, pero sobre todo por la forma en que operó las candidaturas, ganó la mayoría de los diputados locales y las presidencias municipales.
Desde su campaña en 2005, utilizó el “Te lo firmo y te lo cumplo”, eslogan que fue muy cuestionado en su momento por sus opositores. En 2011, Enrique Peña ha cumplido prácticamente el 100% de esos compromisos, sin que mediaran presiones para que lo hiciera. Cumplió lo que prometió. Sus opositores ahora lo critican porque publicita el cumplimiento de su palabra. Y esto viene a cuento porque una de cosas que ha hecho que la ciudadanía deje de creer en los partidos políticos y en sus dirigentes, es precisamente por el incumplimiento de la palabra. La gente sabe que los políticos prometen con facilidad y al final no cumplen. Cuando se hizo público el acuerdo firmado por el PAN y el PRI, de no alianza para el Estado de México, los panistas, quienes no cumplieron su palabra, estaban muy lejos de imaginar que en 2011, los perredistas les iban a aplicar la misma medicina. Luego de la consulta del 27 de marzo, tal parece que dejarán colgados de la brocha a los azules, y no habrá Alianza.
Unos amigos perredistas de Chicoloapan me comentaban hace algunos días, que si bien estaban de acuerdo con la alianza con el PAN, por ningún motivo apoyarían a un candidato surgido de éste partido; Ni Bravo Mena ni Josefina Vázquez Mota. Que en todo caso esperaban que un priista abanderara la alianza, a él si lo apoyarían. Y ante mi cuestionamiento, afirmaban que al menos en el PRI hay algunos personajes respetables y mencionaban el nombre de Eruviel Ávila. Ahora que el exalcalde de Ecatepec es el precandidato del PRI, por congruencia creo que debieran de votar por él.
Así también algunos amigos priistas me preguntaron mi opinión respecto de la situación política en Chicoloapan, y de las probabilidades de ganar. Repito lo que entonces dije. Que deberían de llevar un seguimiento muy puntual del quehacer político de sus líderes nacionales y estatales. De la forma como vienen negociando y poniéndose de acuerdo para mantener el propósito de todo partido político: ganar y/o mantener el poder. No es sólo la publicidad de los medios y el manejo de la imagen, sino la habilidad como estrategas políticos.
En el Estado de México, el grupo político que encabeza Enrique Peña Nieto ha sabido procesar en los tiempos y las formas, las etapas del proceso electoral y el relevo del poder gubernamental. Fue un balde de agua fría para la oposición la nominación por unanimidad de Eruviel Ávila Villegas como precandidato del PRI. Y han dejado correr la especie de que fue una derrota para Enrique Peña y su grupo, pues el poder del estado, dicen, se trasladará al Valle de México. Pero olvidan que quien tomó la decisión, fue precisamente ese mismo grupo, y quien sale ganando es el propio Enrique Peña, quien demuestra tener la visión y altura necesarias para dar prioridad a un proyecto de partido. Se decidió por el mejor posicionado, pero también por quien menos negativos pudiera tener durante la campaña. Peña mostró sensibilidad política ante una expectativa que desde hace años existe entre numerosos grupos priistas del estado. Tener un gobernador del Valle de México, que es además en donde se concentra la mayor cantidad de votos. Esta ubicación, como lo señaló el propio Eruviel, no implica que haya una división, pues tanto el Valle de México como el Valle de Toluca o el sur del estado, son necesarios para el proyecto.
La decisión logró evitar lo que la oposición anhelaba, la división entre los grupos priistas. Peña y su partido mostraron nuevamente su capacidad para mantener unidos a los dirigentes y militantes, y reiteran su compromiso con la inclusión. Están haciendo la tarea no sólo para incluir a todos, sino para rescatar a quienes por diversas causas habían abandonado el partido. En el PRI caben todos y sólo unidos pueden ganar. Es cierto que este es sólo otro paso. Tienen que ganar la campaña y el debate, y luego ganar los votos el 3 de julio. El siguiente reto: la Presidencia de la República.

Y desde Chicoloapan el proceso se vislumbra muy interesante. Aquí el gobierno municipal lo tiene el PRD, cuyos dirigentes harán todo por evitar perder en su bastión. Pero las ambivalencias de sus dirigencias han hecho agua entre los militantes. Por ejemplo, ¿que pesará más en este momento: la consulta, en la cual cerca de 2 mil militantes perredistas, principalmente afiliados al grupo de los llamados “Movis”, dieron el sí a la Alianza con el PAN; o la votación a mano alzado en la última “asamblea” en la plaza municipal de Chicoloapan, convocada por López Obrador, Encinas y el GAP, en donde alrededor de 5 mil militantes votaron “No a la alianza”?.

El memorioso 2a. parte
Juan Bautista Mendoza

P. D. Se dice que cuando hay golpes y contusiones es muy importante que el doctor llegue a tiempo, pues su labor será de gran utilidad; no así cuando llega demasiado tarde, entonces quizá ya no sea necesario.