jueves, 17 de diciembre de 2015

La columna Incómoda

Robó, huyó y lo pescaron
Por fin terminó la etapa de una administración tricolor de sólo unos cuantos, sólo unos cuates, basado en la mentira y la simulación como emblema de gobierno. Baste recordar las cacareadas obras nunca construidas pero si publicitadas desde el inicio de la administración: vocacional, tecnológico y hospital. Su incumplimiento, se argumentaba, era por causa de grupos retrógradas “que estaban en contra del progreso y la educación” que impedían la construcción de esas obras monumentales.

Emblemático de la falsedad de los argumentos ha sido el “hospital”, obra que arrancó en la oscuridad de la madrugada, con gran vigilancia policíaca y con camiones y maquinaria arrasando un espacio deportivo de reciente inauguración en la zona de la Unidad Bonito San Vicente (HIR). Como se sabe, no hubo oposición de ningún grupo ni contratiempo para el inicio de la “espectacular e histórica obra”. Pero los ciudadanos vimos como pasaron los días, los meses y los años y la obra nunca pasó de los cimientos. Al carecer de excusas, simplemente se dejó de hablar del hospital de Chicoloapan.

La prioridad fueron las obras de relumbrón que permitieran colocar placas y más placas con el nombre del patrón, en un ansia frenética de pasar a la posteridad. El derroche de recursos se justificó con el “embellecimiento” del palacio municipal, el kiosko, la construcción de fuentecitas, arcos de bienvenida y una faraónica obra a la “masonería”. La prioridad fueron las francachelas y los gastos suntuarios para loar la vanidad. La pasión por servir fue una obsesión por servirse, incluir en la nómina a familiares y amigos, ajenos a cualquier compromiso de servicio público, que llegaron con tal arrogancia a los cargos, que ven al ciudadano como enemigo y fuente de recursos. Tanto fue el furor que las citas citables pasaron de Sun Tzu, el legendario general y estratega chino, a las frases de Julio César, el estadista, general, escritor, estratega, al retomar su frase: “Vine, vi y vencí”. Si hubiese justicia y moral en México, se aplicaría, en todo caso, el título de una de las películas de Woody Allen: “Robó, huyó y lo pescaron”.

La ciudadanía reprobó esa administración. Pues si como afirman los que dicen que saben, la verdadera encuesta y la calificación fue la elección del 7 de junio, entonces el grupo en el poder obtuvo un tres. Contundente, pero gracias a la complicidad de sus “opositores”, tendrá permite continuidad en el gobierno. ¿Quiénes serán los nuevos integrantes del ayuntamiento? los familiares de los que salen; y ¿quiénes los funcionarios? Seguramente los mismos que están, sólo cambiarán de silla.

Algunos ciudadanos se preguntan, tomando como referencia los gobiernos de la era perredista, si  el papel que asumirá el próximo edil será como Domingo o como Adrián (“quien gobierna es una cúpula dirigida por el ‘jefe de jefes’”, diría el primero; “el jefe político soy yo”, afirmaría el segundo). Sea uno u otro el caso, se visualiza un incremento en el saqueo por la suma de personajes que se sentirán con derecho al manoseo de los recursos públicos.

Origen es destino
Como se recuerda, el cenit del poder amarillo también fue el inicio del declive, pues el jaloneó por el mando aceleró la división entre los dirigentes por el control del poder y los recursos. Por cierto, esos actores de la división y el desmoronamiento del partido amarillo a partir del 2006, son quienes, luego de algunos saltos a otros partidos (Movimiento Ciudadano, el PRI y Morena), reaparecen ahora como la “verdadera oposición” al gobierno priista y señalan a quienes permanecieron fieles al PRD, como los causantes de la desbandada. Continúan con su labor de zapa incitando a los militantes perredistas a abandonar este partido para sumarse a la “verdadera causa progresista”. ¿Y quiénes son se preguntarán los ciudadanos?. 

La (am)visión de los vencidos.
Consumada la dispersión del voto ciudadano, que permitió la continuidad tricolor, los candidatos perdidosos se reacomodan y se juntan con la intención de formar un “bloque opositor” de tres partidos (PRD, PES y Morena). El argumento es irrefutable: “si vamos separados en 2018, ganará el PRI”, verdad de Perogrullo que debieron hacer realidad en la pasada elección, si realmente hubieran estado comprometidos para quitar al PRI, como querían los ciudadanos. Pero si el argumento es irrefutable, las premisas son las que generan dudas: Primera, ya hay candidatos definidos, serán esos mismos que perdieron la elección; es decir, los candidatos perdidosos ya se autodesignaron y no se permite otro suspirante. La segunda premisa: para definir quién es el bueno en 2018 se aplicará una encuesta (¿Y si sale “cuchareada” entrará la tómbola?). La tercera. ¿Cómo llevarán a cabo el proceso electoral, si son tres partidos? El asunto también ya está resuelto: Cada partido registrará “planillas de papel”, que serán abandonadas a su suerte y todos, como un solo hombre, harán campaña por el partido que registre al ungido. Y mientras llega el 2018 cada uno continuará en “su trinchera” (así dicen). Hay que reconocer que desde ahora y abiertamente, aceptan la carencia de lealtad hacia un partido político; lo que los une y atrae es ser designados candidatos, no importa por cual partido.

En realidad no representan a tres partidos. Sólo en el caso de Morena es real el control del instituto político y, hábilmente, Adrián Galicia va cautivando a los otros dos perdidosos, afirmando que “si llegara a haber un candidato mejor posicionado que él, se hará a un lado”. Mientras tanto, encamina a los otros dos y los “presenta” a la dirigencia de Morena, donde con enorme alegría, les dan la bienvenida. Están haciendo su trabajo de zapa. Recuerden que Obrador ha insistido que con el PRD “ni a la esquina”, pero que las puertas de Morena están abiertas para los militantes.

Para reforzar la atracción se prometen espacios en administraciones vecinas y el compartir prebendas. En determinado momento afirmaron contarían con 5 regidores en el próximo ayuntamiento, quienes, respaldados por sus partidos, le harían una fiestecita al nuevo presidente municipal el día de su toma de protesta. No para negociar un programa social de beneficio comunitario, sino con la intención de presionarlo y obligarlo a que les asigne 25 espacios por cada regidor y ¿por qué no? áreas en la administración.

Nuevamente la terca realidad mostró que sólo son 2 regidores con los que cuentan (¿hasta cuándo?). Como se mencionó en la columna anterior, los regidores de oposición para el trieno 2016-2018, son seis: dos por cada partido (PRD, Morena y PES). Pero resulta que los dos del amarillo pertenecen al grupo mayoritario de este partido (ADN), ajeno a las reuniones de los perdidosos. Del mismo Morena, sólo un regidor participa del bloque, pues la otra regidora pertenece a un grupo opositor a Adrián Galicia y no se sumará al mencionado proyecto. Y qué decir de Encuentro Social, la regidora Brenda García recién obtuvo su constancia, luego de sendas resoluciones del Tribunal del Estado de México y del Tribunal Federal, y después de la intentona de conculcar sus derechos electorales con la participación y/o omisión  de miembros de su propio partido y del mismo candidato a la presidencia municipal. Ante la suma de mezquindades, una vez obtenida su constancia como regidora, renunció al PES y se afilió al PRD. Ojalá y en este partido no se enfrente a los mismos intereses y mezquindades de personajes que sólo buscan vivir del erario.

Discurso para una voz
En una de las reuniones del “bloque progresista”, convocada para reiterar los puntos mencionados, escuché una voz discordante de los discursos “oficiales” de parte de Angélica Pérez Cerón, dirigente municipal de Morena y recientemente elegida Secretaria de Finanzas en el Comité Estatal; manifestó su expectativa y deseo de que en 2018, la izquierda en Chicoloapan designe no a un candidato sino a una candidata, es decir a una mujer. A como se perfilan los escenarios, pienso que lo mejor que le pudiera suceder a Morena sería que la dicha Angélica sea la candidata.

Acomodos y reacomodos
Precisamente el reparto de los despojos electorales tiene enfrascados a los militantes del PRD en las pugnas por lo que queda de ese partido. Hay un grupo ganador (ADN) que conserva los espacios en las regidurías de varios municipios, los comités municipales del partido, diputaciones locales y una posición en el Comité Estatal, además de la cercanía con la dirigencia estatal y con el grupo Neza. Los demás “grupos” pretenden disputarle espacios de poder, empezando por el comité municipal. En este caso, se avecinan dos momentos. Uno en el mes de enero, cuando se prevé un relevo interino del comité municipal del PRD, derivado de la asunción del actual presidente del comité como octavo regidor. A pregunta directa, Felipe Gómez Robledo afirmó que no hay mandato expreso ni norma que lo obligue a renunciar al cargo partidista, pero que con ánimo de facilitar la recomposición del PRD municipal es su decisión dejar el cargo; y dejó entrever dos opciones de relevo: La designación de un personaje de su propia agrupación, o, “lo más probable”, un dirigente de otra expresión, pero afín a su corriente. Respecto de la posición institucional de los regidores del PRD, afirma que continuarán en la misma línea de no confrontación con el próximo edil ni con el poder detrás del trono, con quienes han pactado sus espacios.

Lo peor está por venir
El escenario para el próximo trienio se visualiza, en ese sentido, sin variaciones en el juego del poder con la “oposición”. Y todo apunta a que la oposición y presión podría venir de las propias filas del tricolor: el conflicto ejidal persistirá con mayor o menor fuerza (en unos días se realizará el relevo de las autoridades ejidales, cuyo resultado redefinirá el perfil del conflicto del grupo ejidal con el edil); el movimiento antorchista continúa con su labor hormiga de penetración en las comunidades, y asomará la cabeza en algún momento; continúa en aumento el número de personajes priistas que se alinean en contra del grupo en el poder; y en la propia CTM se dan cambios antes inimaginables, con la destitución del líder de la Sección 65. Es sintomático que en la toma de protesta del nuevo ayuntamiento, brillaran por su ausencia algunos expresidentes municipales priistas, mientras que los expresidentes perredistas (Manuel, Domingo y Rafael), corresponsables de la debacle del PRD aplaudieran sin mayor pudor la continuación tricolor.

Juan Bautista Mendoza
A favor de la Alerta de Género en Chicoloapan