martes, 19 de agosto de 2014

Columna Incómoda 132

Es el tiempo de las limosnas.
Continúa el reparto de la limosna…. Los pobres sólo nos merecemos unos cuantos granos de frijol y de arroz. Ya vemos como se pasean los “políticos” que ansían mantenerse en el poder o los que quieren regresar. Aparecen las caras bondadosas, los besitos a los pobres. El desgarre de vestiduras para demostrar quien es el bueno, el que si apoya, el que si trabaja por la gente. ¿Usted les cree? mi querida ciudadana (o), sólo vean en qué llegan o cómo viven. Pobrecitos de los políticos tienen que llegar en autos lujosos, comer y divertirse en lugares costosos. Dar nómina a toda la familia. Todo por el bien de los pobres, todo para poder entregar una grandiosa y enorme despensa, una bolsa de dulces, un pastelito, un puñado verduras. ¿Pasa usted a creer? Por cierto, usted se ha preguntado ¿Cuántos frijoles se podrán comprar con el sueldo de un regidor o con los viáticos del patrón?

Adelantados y remisos
El adelanto de los tiempos políticos en Chicoloapan ha puesto nerviosos a unos. Los jaloneos y empujones tienen preocupados a otros.  Y los más se sienten consolidados y comprometidos. “El bueno soy yo”, parecen decir en cada gesto y en cada palabra; “conmigo el triunfo está garantizado. Soy el que unifica”. “No te quedes afuera, aprovecha las promociones de temporada. Quizá mañana será demasiado tarde” y cosas por el estilo. Pero basta insinuar que él no es el bueno, para conocer su lado mezquino: “Si no soy yo, lo pensaré diez veces antes de apoyarte a ti” o “Tú no tienes trabajo ni imagen, no has comprado suficientes conciencias”. Y todos hacen sumas y restas y acomodan los números a su favor.

 Aunque era sabido que los “morenos” se nutrirían de las filas del PRD, así como en su momento éste partido se nutrió de las filas del PRI, algunos se sorprenden ante los rumores acerca de las bolsas de dinero y de que Morena viene por todo.

Hago mis propias sumas y restas, en base al actuar político y sus ganancias electorales de los personajes representativos de la última década.

En el proceso electoral de 2006, el PRD en Chicoloapan se ubicaba en el punto mayor de poder político y económico. Tenía la más grande y aceitada estructura clientelar y electoral, sin divisionismos de por medio. Con un clima nacional favorable, con Obrador en las nubes en las encuestas y con los priistas divididos (la mitad de ellos quedó fuera de la campaña). El resultado es conocido: mientras que el candidato a la diputación federal ganó con 15 mil votos de diferencia (25.8 mil contra 10.5 mil del PRI), el candidato a la Presidencia Municipal obtuvo sólo 15 mil votos, apenas 1,000 más que el del PRI. La causa principal: el candidato era Adrián Galicia.

Tres años después, en 2009, con el control del partido, de la presidencia, de los recursos y con un candidato a la presidencia municipal “con imagen”, Galicia perdió la elección a la diputación federal. Para 2011, cuando se puso la playera del PRI, en un evento del candidato Eruviel Ávila, en los Reyes La Paz, habló de 10 mil perredistas que se sumaban con él a la campaña del priista. Es decir, en sus propias palabras, su caudal de simpatizantes iba a la baja.

Veamos los porcentajes: 2006, 46%; 2009, 31% y 2011, considerando los votos prometidos, aportó 19%.

La otra cara de la moneda: Como mencioné, San Martín, candidato a la diputación federal en 2006, ganó con el 52% del total de votos emitidos; en 2009, como candidato a la presidencia municipal por Convergencia, obtuvo 20% y en 2012, igualmente, como candidato por MC, tuvo el 10% de los votos.

En términos muy llanos, y si se quiere simplistas, la tendencia para el 2015, daría 7% de votos a Adrián Galicia y 5% a Manuel San Martín (en caso que repitiera como candidato de algún partido). Es decir, el boquete al PRD sería de entre 8 mil a 10 mil votos.

Frente opositor
Ante ese probable escenario, puede haber otros, al interior de ciertos grupos del PRD se analiza la posibilidad de promover un candidato externo, en respuesta a la coyuntura municipal.

Si bien se reconoce que la baja de las simpatías del tricolor entre los ciudadanos de Chicoloapan, puede facilitar un triunfo para el PRD, también se acepta que el riesgo principal, como ha sucedió en otros procesos electorales, es la dispersión del voto opositor. Es decir, varios candidatos diluirían los votos anti PRI.

Hay coincidencia en el sentido de detener la debacle que hunde a nuestro municipio, y de evitar el enquistamiento del patrón y, por tanto, un daño mayor a la comunidad.

Nadie a estas alturas puede hablar de lealtad a sus partidos o a los principios y programa de acción. Que se sepa, en ningún estatuto de ningún partido, se habla de meter a la nómina a la familia o de heredar los cargos.

Entonces, se iniciaron mesas de diálogo entre personajes y ciudadanos de diversos partidos, con miras a conformar un frente capaz de convertirse en mayoría y de desplazar al grupo en el poder, buscando reorientar la política local. El compromiso es Chicoloapan, y de ahí que, si hay acuerdo, quien encabece puede provenir de cualquier partido, agrupación o ser un ciudadano.

Pero esto no se acaba hasta que se acaba. Para aquéllos adelantados y remisos, decepcionados y triunfalistas, ingenuos y perversos. Estamos en el comienzo de un nuevo comienzo. La coyuntura muestra condiciones para un nuevo salto en Chicoloapan. Espero que exista la altura de miras. Primero el proyecto, luego el candidato. Ni buenos ni malos, sólo ciudadanos.

Juan Bautista Mendoza