jueves, 15 de noviembre de 2012

LA CALAVERA INCÓMODA

(para mi amigo Ricardo Rosas (q.e.p.d.))

Aprovechando la temporada de muertos y el fin del horario de verano, que tienen en común que uno llama a la flaca y el otro a la fiaca. Decidí sobarme el ego. Me inscribí, sin muchas pretensiones, en el concurso de calaveras literarias que organizó el comité municipal del PRI. Y para mi sorpresa, el jurado me sentenció con el primer lugar, y una futura regidora, con una entrevista con el preciso electo. Aquí la calavera, allá, lo otro.

LA MUERTE DEL COMITÉ DEL PRI

En un panteón que no recuerdo
la calaca convocó a un aquelarre.
Anda en busca de un amarre
o al menos de un acuerdo.
Llegaron los priistas bien dispuestos
con enjundia, cual sabuesos,
saboreando ya sus huesos
cargados de presupuestos

Un contingente viene de allá del basurero,
marchando con choferes y taxistas
todos de organismos cetemistas
gritan a coro: “¡NO al tiradero!”.
“¡A mi la muerte me pela los dientes!”
Salta el líder, dando un brinco,
“Pues yo soy 65
y me llamo Pepe Fuentes”


“Pues yo soy la dirigente
y no me quiero a ir de aquí
pregúntenle a mi gente
soy presidenta del PRI”.

“Por mis hue...sos, yo me quedo
de eso no vamos a hablar
me respalda el Popular
que controla don Alfredo”.


Un muerto, cual mercenario,
no permite a nadie entrar
Afirmando: “¡Soy el Secretario!
¡Y me toca a mí el lugar”!

Por más que tú lo estires
dice la flaca, se acabó el presupuesto
para ti no existe el puesto
aunque seas de los Ramírez.

“Me engañaste. Me dijiste que era yo el elegido”
Exclama una voz desde del auditorio
“No escuchaste, por andar en el jolgorio,
lo que dije, es que eras el del ejido”.

“Pues ahora estoy aquí entre ruinas
y debo de pagar el pato
mirando desde la Peña de Gato
cómo me toman las minas”

“¡No lo salves, no lo salves!”
Gritaba don Agustín
“¿Que no vez que este es el fin,
del mentado profe Gálvez?”

“Lo pescamos dándole al ‘cinco mil’”
El gritaba: “¡Son paletas! ¡Son paletas!”
“Pues aunque andes en muletas
te cayó Cambio 2000”


Estando todos ya reunidos
desde el fondo se oye un grito.
Un terrible: “¡Toriiiito! ¡Toriiiito!”
Pone a los priistas compungidos.
Al verlos mudar el semblante
la muerte aclara el malentendido:
“Como les había ofrecido
Con ustedes: ¡Pedro Infante!”


Con la siguiente me despido
esperando con horror,
que si no tienen humor
otra vez salga corrido:
“El comité murió en paz”,
canta un muerto renegado.
“Como aquí nadie es capaz
hoy nos manda “un delegado”


COPLA

El poeta:
Canta, canta el tecolote
Al final de los caminos.
Ya llegó hasta Los Pinos
Una enorme zopilote.


La muerte:
Hasta muerto eres idiota
mi querido Juan Bautista
¿Y te llamas columnista?
¡Que no ves que es La Gaviota!


El Calaco Naco