viernes, 5 de mayo de 2017

La Columna Incómoda

Adiós al PRI
Hola mis queridos ciudadanos. ¿Qué dijeron, a este mugre columnista ya lo callaron? Pues no. Más bien estuve pensando cómo los podía provocar. Pues con sus despensotas y sus tarjetotas que logran en Grande, me dije “me van a malmirar mis paisanos de Chicoloapan”. Pues aunque a algunos no les guste, aquí nos tocó sobrevivir, en el estado más poblado del país, el que siempre ha sido gobernado por el PRI. Y no me mire a mí. ¿Yo qué? Mírese a usted mismo. ¿Está satisfecho con el sistema en que vivimos?

Por alguna razón tuve la oportunidad de escuchar a ciertos ciudadanos  que vinieron a Chicoloapan para ser testigos de lo que somos capaces de hacer los mexiquenses. Me dijeron “Ustedes llevan casi un siglo de ser gobernados por el PRI. No sólo son el estado más poblado del país, son el número 1 en asesinatos de mujeres y de robo en transporte público. Uno de cada dos mexiquenses es pobre ¿Por qué votan por el PRI?” Y yo, que no estoy acostumbrado a que me hablen de sopetón, me retiré rumiando cuestiones cómo: ¿a ellos qué les importa si ni siquiera son de aquí?

En la tele había un debate entre los que quieren gobernar al Edomex. Y allí vi como los candidatos del PRI y del PAN se le iban a la yugular a la hija de un albañil, (así se presentó Delfina). Y yo, al principio dije: pues sí, triste maestrita, pa qué se mete a las patas de esos políticos que tienen el colmillo bien retorcido; como la señora que tiene apellido de estupefaciente ilegal (Mota), que ya hasta fue candidata a la presidencia de la república; quedó en tercer lugar y, como premio de consolación, el señor Peña le asignó mil millones de pesos (¿Cómo para cuántos kilos de tortillas alcanzará esa cantidad?); y el señor Alfredo, un güerito con la piel más blanca y tersa que las muñecas Lilí. Le dicen Alfredo III porque su abuelo y su papá ya fueron gobernadores y, según cuentan los chismosos, el día en que nació, rodeado de pañales de seda, su hada madrina le dijo: “Tú serás gobernador. Pues todo esto (dijo, refiriéndose al Estado de México) es nuestro”

Y ahí estuvieron dale y dale con que Delfina no sabe ni hablar, que es ratera, una naca, como la mayoría de los mexicanos, además, es morena (los otros tres se han hecho cirugías y tratamientos faciales) y que ni siquiera sabe mirar a las cámaras. Y entonces ¿por qué la atacan? Luego me enteré que las encuestas la ponen en primer lugar, entonces me di a la tarea de hacer lo que siempre he hecho, pues carezco de recursos para levantar encuestas, hice un sondeo de opinión entre hombres, amas de casa, jóvenes y gente de a pie aquí en Chicoloapan, y la mayoría me contestó: “ojalá y ya saquen al PRI, mejor que gane Delfina”.  Otros dijeron que los obligan a poner cartulinas del primo de Peña, pero que van a votar en contra del PRI.

Coincido con la mayoría de ustedes, mis queridos ciudadan@s, es hora de cantarle las golondrinas al PRI. Casi un siglo de gobernar el Estado de México con los Del Mazo, los Montiel, los Peña y Eruviel, los Hank (el que decía que “un político pobre era un pobre político”), y ya ven cómo estamos.

Es cierto que esta es una elección nacional. Todos los ojos del país están atentos a lo que suceda en nuestro territorio. Es cierto que esta elección es parte de la del 2018. Por eso las fuerzas políticas se están alineando hacia uno u otro bando: O la continuación del sistema de corrupción e impunidad que sostiene al PRI, o un cambio de régimen. En este escenario las dos fuerzas que se están agrupando son, por un lado, el PRI y su aliado, el PAN y, por otro, la oposición agrupada en torno de MORENA y su líder Andrés Manuel López Obrador. Lo demás es pitorreo. ¿O acaso alguien en un análisis sensato cree que otro partido realmente enfrenta al sistema?

Entonces, la primera parte de la jugada para derribar al PRI, es la elección del Estado de México. Por eso la guerra encarnizada en contra de la profesora Delfina Gómez Álvarez, quien concita las aspiraciones de millones de mexicanos que la ve como la posibilidad de echar al PRI de su madriguera. No es casual que a los otros candidatos “de oposición” ni siquiera se les mencione.

Entremés histórico.
Patético el final de un registro partidario que fue resultado de las luchas históricas de la izquierda mexicana: El Partido Comunista Mexicano compitió en el proceso electoral de 1976 de forma simbólica, con Valentín Campa. Simbólica porque carecía de registro oficial. Fue memorable, por muchos años, el entonces llamado “zócalo rojo” (ironías de la política, porque el rojo era el color de los comunistas, a quienes les decían “rojillos”. Ironías, porque ahora los rojos son los del PRI). Luego de ese lleno total en la plancha del zócalo, el PCM les arrancó el registro como partido político, y empezó su participación en procesos electorales, manejados por el mismo gobierno, de ahí que nunca se podía saber el resultado real de las elecciones, donde siempre ganaba el PRI. Una década de luchas, movimientos y diálogos entre los grupos y partidos de izquierda fue unificando las propuestas. El PCM abandonó su nombre y, junto con otras organizaciones, formó el PSUM (Partido Socialista Unificado de México). Luego en alianza con el PMT., constituyeron el Partido Mexicano Socialista, utilizando el registro que venía del PCM y luego PSUM. Se mantuvieron al margen de ese acuerdo dos partidos: el PRT, que tenía una posición más radical y crítica; y el PST, de oscuros nexos con el gobierno, que encabezaba Rafael Aguilar Talamantes y Jesús Ortega Martínez. En 1987-1988 un fenómeno político electoral encabezado por Cuauhtémoc Cárdenas cimbró al sistema y lo partió en dos; el lema central: Democracia, hacer efectivo el sufragio de los ciudadanos. Se creó el Frente Democrático Nacional. Luego del vergonzoso fraude electoral que impuso a Salinas, Cárdenas, para evitar un baño de sangre del pueblo, llamó a formar un nuevo partido el Partido de la Revolución Democrática, utilizando el registro original del PCM-PSUM-PMS, es decir, en la forma legal fue cambio de nombre, no creación de nuevo partido. Como se sabe, en el sexenio de Salinas el PRD fue atacado por todos los frentes y tuvo más de 600 muertos. Pero se consolidó como un partido nacional opositor y comenzó su avance, hasta que se apoderaron del control del aparato del partido los históricos chuchos, quienes en 2012, firmaron un pacto con Peña. He ahí lo patético, un registro partidario (PCM) ganado para instaurar un régimen democrático y un sistema igualitario, terminó de emblema para la firma de un pacto con el PRI y su jefe Peña, para revitalizar el sistema de corrupción e impunidad. ¿Qué diría Valentín Campa y los luchadores sociales que fundaron el partido como instrumento para derrotar al PRI sistema?

Voto útil o voto razonado.
En diversas regiones del país han extirpado este cáncer que está acabando con la salud pública del pueblo mexicano. Pero su raíz está arraigada, como mala yerba, en el Estado de México. Si aquí extirpamos esa raíz, se acaba el sistema priista. Entonces, si logramos que pierda el PRI en el Estado de México, ayudaremos a otros mexicanos de otros estados. Le haremos un favor a la República y cumpliremos dignamente con la parte que nos toca para sacarlos de los Pinos en 2018 (y de paso de la presidencia de Chicoloapan). Es ahora. Es posible. Abstenerse, anular o votar por quien no tiene ninguna posibilidad de ganar, es un desperdicio histórico de nuestra fuerza popular: El voto. Todas las encuestas (cuchareadas o no) coinciden: quien tiene la probabilidad de ganar es Delfina Gómez Álvarez, es Morena. En tus manos está la decisión mí querido lector: ¿O dejamos al PRI o lo sacamos del Estado de México? Yo ya decidí ¿y tú?

Juan Bautista Mendoza

Un moreno ciudadano