jueves, 17 de diciembre de 2015

La columna Incómoda

Robó, huyó y lo pescaron
Por fin terminó la etapa de una administración tricolor de sólo unos cuantos, sólo unos cuates, basado en la mentira y la simulación como emblema de gobierno. Baste recordar las cacareadas obras nunca construidas pero si publicitadas desde el inicio de la administración: vocacional, tecnológico y hospital. Su incumplimiento, se argumentaba, era por causa de grupos retrógradas “que estaban en contra del progreso y la educación” que impedían la construcción de esas obras monumentales.

Emblemático de la falsedad de los argumentos ha sido el “hospital”, obra que arrancó en la oscuridad de la madrugada, con gran vigilancia policíaca y con camiones y maquinaria arrasando un espacio deportivo de reciente inauguración en la zona de la Unidad Bonito San Vicente (HIR). Como se sabe, no hubo oposición de ningún grupo ni contratiempo para el inicio de la “espectacular e histórica obra”. Pero los ciudadanos vimos como pasaron los días, los meses y los años y la obra nunca pasó de los cimientos. Al carecer de excusas, simplemente se dejó de hablar del hospital de Chicoloapan.

La prioridad fueron las obras de relumbrón que permitieran colocar placas y más placas con el nombre del patrón, en un ansia frenética de pasar a la posteridad. El derroche de recursos se justificó con el “embellecimiento” del palacio municipal, el kiosko, la construcción de fuentecitas, arcos de bienvenida y una faraónica obra a la “masonería”. La prioridad fueron las francachelas y los gastos suntuarios para loar la vanidad. La pasión por servir fue una obsesión por servirse, incluir en la nómina a familiares y amigos, ajenos a cualquier compromiso de servicio público, que llegaron con tal arrogancia a los cargos, que ven al ciudadano como enemigo y fuente de recursos. Tanto fue el furor que las citas citables pasaron de Sun Tzu, el legendario general y estratega chino, a las frases de Julio César, el estadista, general, escritor, estratega, al retomar su frase: “Vine, vi y vencí”. Si hubiese justicia y moral en México, se aplicaría, en todo caso, el título de una de las películas de Woody Allen: “Robó, huyó y lo pescaron”.

La ciudadanía reprobó esa administración. Pues si como afirman los que dicen que saben, la verdadera encuesta y la calificación fue la elección del 7 de junio, entonces el grupo en el poder obtuvo un tres. Contundente, pero gracias a la complicidad de sus “opositores”, tendrá permite continuidad en el gobierno. ¿Quiénes serán los nuevos integrantes del ayuntamiento? los familiares de los que salen; y ¿quiénes los funcionarios? Seguramente los mismos que están, sólo cambiarán de silla.

Algunos ciudadanos se preguntan, tomando como referencia los gobiernos de la era perredista, si  el papel que asumirá el próximo edil será como Domingo o como Adrián (“quien gobierna es una cúpula dirigida por el ‘jefe de jefes’”, diría el primero; “el jefe político soy yo”, afirmaría el segundo). Sea uno u otro el caso, se visualiza un incremento en el saqueo por la suma de personajes que se sentirán con derecho al manoseo de los recursos públicos.

Origen es destino
Como se recuerda, el cenit del poder amarillo también fue el inicio del declive, pues el jaloneó por el mando aceleró la división entre los dirigentes por el control del poder y los recursos. Por cierto, esos actores de la división y el desmoronamiento del partido amarillo a partir del 2006, son quienes, luego de algunos saltos a otros partidos (Movimiento Ciudadano, el PRI y Morena), reaparecen ahora como la “verdadera oposición” al gobierno priista y señalan a quienes permanecieron fieles al PRD, como los causantes de la desbandada. Continúan con su labor de zapa incitando a los militantes perredistas a abandonar este partido para sumarse a la “verdadera causa progresista”. ¿Y quiénes son se preguntarán los ciudadanos?. 

La (am)visión de los vencidos.
Consumada la dispersión del voto ciudadano, que permitió la continuidad tricolor, los candidatos perdidosos se reacomodan y se juntan con la intención de formar un “bloque opositor” de tres partidos (PRD, PES y Morena). El argumento es irrefutable: “si vamos separados en 2018, ganará el PRI”, verdad de Perogrullo que debieron hacer realidad en la pasada elección, si realmente hubieran estado comprometidos para quitar al PRI, como querían los ciudadanos. Pero si el argumento es irrefutable, las premisas son las que generan dudas: Primera, ya hay candidatos definidos, serán esos mismos que perdieron la elección; es decir, los candidatos perdidosos ya se autodesignaron y no se permite otro suspirante. La segunda premisa: para definir quién es el bueno en 2018 se aplicará una encuesta (¿Y si sale “cuchareada” entrará la tómbola?). La tercera. ¿Cómo llevarán a cabo el proceso electoral, si son tres partidos? El asunto también ya está resuelto: Cada partido registrará “planillas de papel”, que serán abandonadas a su suerte y todos, como un solo hombre, harán campaña por el partido que registre al ungido. Y mientras llega el 2018 cada uno continuará en “su trinchera” (así dicen). Hay que reconocer que desde ahora y abiertamente, aceptan la carencia de lealtad hacia un partido político; lo que los une y atrae es ser designados candidatos, no importa por cual partido.

En realidad no representan a tres partidos. Sólo en el caso de Morena es real el control del instituto político y, hábilmente, Adrián Galicia va cautivando a los otros dos perdidosos, afirmando que “si llegara a haber un candidato mejor posicionado que él, se hará a un lado”. Mientras tanto, encamina a los otros dos y los “presenta” a la dirigencia de Morena, donde con enorme alegría, les dan la bienvenida. Están haciendo su trabajo de zapa. Recuerden que Obrador ha insistido que con el PRD “ni a la esquina”, pero que las puertas de Morena están abiertas para los militantes.

Para reforzar la atracción se prometen espacios en administraciones vecinas y el compartir prebendas. En determinado momento afirmaron contarían con 5 regidores en el próximo ayuntamiento, quienes, respaldados por sus partidos, le harían una fiestecita al nuevo presidente municipal el día de su toma de protesta. No para negociar un programa social de beneficio comunitario, sino con la intención de presionarlo y obligarlo a que les asigne 25 espacios por cada regidor y ¿por qué no? áreas en la administración.

Nuevamente la terca realidad mostró que sólo son 2 regidores con los que cuentan (¿hasta cuándo?). Como se mencionó en la columna anterior, los regidores de oposición para el trieno 2016-2018, son seis: dos por cada partido (PRD, Morena y PES). Pero resulta que los dos del amarillo pertenecen al grupo mayoritario de este partido (ADN), ajeno a las reuniones de los perdidosos. Del mismo Morena, sólo un regidor participa del bloque, pues la otra regidora pertenece a un grupo opositor a Adrián Galicia y no se sumará al mencionado proyecto. Y qué decir de Encuentro Social, la regidora Brenda García recién obtuvo su constancia, luego de sendas resoluciones del Tribunal del Estado de México y del Tribunal Federal, y después de la intentona de conculcar sus derechos electorales con la participación y/o omisión  de miembros de su propio partido y del mismo candidato a la presidencia municipal. Ante la suma de mezquindades, una vez obtenida su constancia como regidora, renunció al PES y se afilió al PRD. Ojalá y en este partido no se enfrente a los mismos intereses y mezquindades de personajes que sólo buscan vivir del erario.

Discurso para una voz
En una de las reuniones del “bloque progresista”, convocada para reiterar los puntos mencionados, escuché una voz discordante de los discursos “oficiales” de parte de Angélica Pérez Cerón, dirigente municipal de Morena y recientemente elegida Secretaria de Finanzas en el Comité Estatal; manifestó su expectativa y deseo de que en 2018, la izquierda en Chicoloapan designe no a un candidato sino a una candidata, es decir a una mujer. A como se perfilan los escenarios, pienso que lo mejor que le pudiera suceder a Morena sería que la dicha Angélica sea la candidata.

Acomodos y reacomodos
Precisamente el reparto de los despojos electorales tiene enfrascados a los militantes del PRD en las pugnas por lo que queda de ese partido. Hay un grupo ganador (ADN) que conserva los espacios en las regidurías de varios municipios, los comités municipales del partido, diputaciones locales y una posición en el Comité Estatal, además de la cercanía con la dirigencia estatal y con el grupo Neza. Los demás “grupos” pretenden disputarle espacios de poder, empezando por el comité municipal. En este caso, se avecinan dos momentos. Uno en el mes de enero, cuando se prevé un relevo interino del comité municipal del PRD, derivado de la asunción del actual presidente del comité como octavo regidor. A pregunta directa, Felipe Gómez Robledo afirmó que no hay mandato expreso ni norma que lo obligue a renunciar al cargo partidista, pero que con ánimo de facilitar la recomposición del PRD municipal es su decisión dejar el cargo; y dejó entrever dos opciones de relevo: La designación de un personaje de su propia agrupación, o, “lo más probable”, un dirigente de otra expresión, pero afín a su corriente. Respecto de la posición institucional de los regidores del PRD, afirma que continuarán en la misma línea de no confrontación con el próximo edil ni con el poder detrás del trono, con quienes han pactado sus espacios.

Lo peor está por venir
El escenario para el próximo trienio se visualiza, en ese sentido, sin variaciones en el juego del poder con la “oposición”. Y todo apunta a que la oposición y presión podría venir de las propias filas del tricolor: el conflicto ejidal persistirá con mayor o menor fuerza (en unos días se realizará el relevo de las autoridades ejidales, cuyo resultado redefinirá el perfil del conflicto del grupo ejidal con el edil); el movimiento antorchista continúa con su labor hormiga de penetración en las comunidades, y asomará la cabeza en algún momento; continúa en aumento el número de personajes priistas que se alinean en contra del grupo en el poder; y en la propia CTM se dan cambios antes inimaginables, con la destitución del líder de la Sección 65. Es sintomático que en la toma de protesta del nuevo ayuntamiento, brillaran por su ausencia algunos expresidentes municipales priistas, mientras que los expresidentes perredistas (Manuel, Domingo y Rafael), corresponsables de la debacle del PRD aplaudieran sin mayor pudor la continuación tricolor.

Juan Bautista Mendoza
A favor de la Alerta de Género en Chicoloapan

miércoles, 11 de noviembre de 2015

La Columna Incómoda

La impugnación
El Tribunal Electoral del Estado de México, en su sesión extraordinaria del martes 13 de octubre, resolvió el juicio de inconformidad, presentado por el PRD; y el juicio para la protección de los derechos político electorales de la ciudadana Brenda Lorena García Hernández, candidata a segunda regidora por el PES.

En el primer caso, se impugnaban los resultados de la elección de ayuntamiento y su declaración de validez; en específico se impugnaron 73 casillas (37.5% del total), con el argumento de que las mesas directivas fueron integradas de forma distinta a como lo establece la ley. La resolución del TEEM declaró parcialmente fundados los argumentos y dictaminó que, sólo en un caso, procedía la anulación: En la casilla 1119 Contigua 1 (instalada el 7 de junio en la unidad Auris 1, la cual por cierto, la había ganado el PRD), se identificó que uno de los funcionarios no estaba en la lista nominal de dicha sección, sino en la lista de la sección 1120, Es decir, el funcionario de casilla no residía en la manzana 1, sino en la manzana 2 de la mencionada unidad habitacional.

Se preguntarán mis impugnados lectores porqué me extiendo demasiado en este asunto, y la causa es porque este columnista viene siendo una especie de tercero interesado en el acto impugnado. Resulta que en esa casilla (1119 C1) acudí a depositar mi voto el 7 de junio. En consecuencia, con la resolución del tribunal electoral de anular la susodicha casilla, mi “voluntad ciudadana”, al igual que la de los ciudadanos que allí votaron, se fue literalmente al bote de la basura electoral. Entonces, pregunto ¿existo o no existo como ciudadano con derecho a emitir mis opiniones sobre los asuntos públicos que lleven a cabo las autoridades, de cuya elección fui anulado? ¿Será un compló? ¡Que alguien me explique!

Lo cierto es que, con la anulación de dicha casilla, al partido impugnador (PRD) le descontaron 96 votos, bajando su votación de 12,407 sufragios a 12,311.

Dos más dos más dos son seis y no cinco...
El segundo asunto se refiere a la impugnación del acta de sesión de cómputo y el acuerdo del consejo municipal electoral de Chicoloapan, ambos relativos a la asignación de regidores de representación proporcional.

Como se sabe, en la sesión respectiva que llevó a cabo el consejo municipal electoral de Chicoloapan, le asignaron 2 regidores al PRD, 2 a Morena, 1 a Encuentro Social y 1 al Partido Humanista. El juicio de impugnación fue en el sentido de que, por derecho, le correspondía este último a Encuentro Social, y en específico a la mencionada Brenda García Hernández, quien ocupaba el segundo lugar en la planilla del PES y quien inició el juicio par la protección de sus derechos político electorales. El asunto, en esencia, se circunscribe a cuestiones de números. Es decir a sumas, divisiones y restas.

Recordemos que el ayuntamiento de Chicoloapan se integra con 1 presidente, 1 síndico y 13 regidores, 7 de mayoría relativa, que se asignan al partido ganador y 6 (seis) de representación proporcional (conocidos como de oposición), que se distribuyen entre los partidos que, aunque no ganaron, hayan obtenido el mínimo de votación establecido en la ley (3%) y cuyos votos absolutos “les alcancen” para obtener regidores.

La ley en la materia es muy específica y establece la fórmula para la asignación de los regidores de representación proporcional, para lo cual integra dos elementos: cociente de unidad y resto mayor. Es decir, se asignan a quien tiene derecho y no son decisiones que se tomen por mayoría de los consejeros electorales, o como resultado de “acuerdos” entre los líderes, sólo hay que aplicar la fórmula respectiva a partir de los votos que otorgaron los ciudadanos a cada partido.

El tribunal hizo las operaciones de suma, división y resta de los partidos que tenían al menos el 3% de la votación válida emitida (excluyendo, claro, al ganador), resultando lo siguiente:

  • PRD:         12,311
  • Morena:         10,108
  • PES:    8,824
  • Humanista  2,881
  • Total:         34,124  /  6  =  5,687.33

El total resultante de esa suma se divide entre 6 (seis) que es el número de regidores a repartir, y el resultado (el mentado cociente de unidad) es igual a 5,687.33, que sería lo que “vale” un regidor. Dicho cociente se divide entre los votos de cada partido:

  • PRD: 12,311 /  5,687.33        = 2 (restan 936.34)
  • Morena: 10,108 / 5,687.33    = 1 (restan 4,420.67)
  • PES: 8,824 /5,687.33            = 1 (restan 3,136.67)
  • Humanista: 2,881/5,687.33   = 0 (restan 2,881)

Con el procedimiento anterior quedan asignados los regidores 8, 9, 10 y 11; es decir cuatro, quedando por asignar otros 2, que se asignan de acuerdo a lo que se conoce como resto mayor; es decir, que se asignan alternativamente a quien tenga un sobrante mayor que lo demás. Por lo tanto, el regidor 12 es para Morena que tiene el resto mayor de los cuatro partidos; y el regidor 13 a Encuentro Social que tiene el segundo resto más alto. Así de simple y así de sencillo. Por eso el tribunal consideró indebida la asignación que había hecho el concejo municipal electoral de Chicoloapan.

Ahora sólo falta que quienes tomen el cargo, por mayoría o por representación proporcional, a partir del 1 de enero de 2016, asuman su responsabilidad de trabajar por los ciudadanos y no por sus intereses.

Juan Bautista Mendoza
Víctima colateral del proceso electoral

lunes, 12 de octubre de 2015

La Columna Incómoda

¿Hacia dónde va el PRD?
En Chicoloapan la competencia y la alternancia han sido sólo entre dos partidos: PRI y PRD. Pero una cosa son los institutos políticos y, otra, quienes toman las decisiones y dirigen el partido. El encontronazo inicial se dio en 1996, cuando el crecimiento del partido del sol azteca permeó la zona conurbada del D. F., y surgió el “corredor amarillo” en la zona oriente del Estado de México.

La caída electoral del PRI vino con el resquebrajamiento del sistema, iniciado la década anterior (1985 y 1988), y de la descomposición social de “El año en que vivimos en peligro (1994)” (así llamado por Jorge G. Castañeda), con sucesos terribles como el “error de diciembre”, la entrada en vigor del TLC, la irrupción catártica del EZLN y los contundentes textos del Sup, los balazos que dejaron en el camino al Cardenal Posadas, Colosio y Ruiz Massieu, los pleitos entre los Salinas y Zedillo, las pantomimas como El Chupacabras y “La Paca”, la crisis de 1995, y el rescate millonario de los bancos, el famoso FOBAPROA.

En 1996 Chicoloapan quedó a poco más de 600 votos del PRI. El entonces candidato unificó las acciones contestatarias de un PRD se mostraba y actuaba como partido de oposición, lo que le permitió ganar las simpatías de las familias de la cabecera y las colonias (faltaban algunos años para la construcción de las unidades habitacionales). Pero el sistema era insostenible y, al año siguiente, en 1997, el PRD ganó el Gobierno y las delegaciones del Distrito Federal, y las diputaciones federales de la zona metropolitana, incluido el distrito 25 del Estado de México, que incluía a los municipios de Chimalhuacán y Chicoloapan.

Es sabido que para el 2000 el PRI perdió la presidencia de la República y, en Chicoloapan, la presidencia municipal, frente a un candidato perredista que creció en la campaña y fue apoyado por una fracción del PRI. Se pueden argumentar muchas cosas, a toro pasado, pero puedo afirmar que sin la fractura del PRI en ese año, no habría ganado el PRD. La cuestión es que con el nuevo mileno, inició la etapa del gobierno municipal perredista y el crecimiento acelerado de la población. La zona de San Isidro creció geométricamente y la hacienda de Tlalmimilolpan y el Rancho de Costitlán se convirtieron en miles de casas, con lo cual la política local dio un giro.

El "salto" en las finanzas municipales y los “apoyos” de los consorcios transformaron el hasta entonces poco importante Chicoloapan, en un botín apetecible para todos. Dio inicio la bonanza y los gobiernos perredistas aprendieron rápidamente a “administrar la abundancia”. Autos de lujo, propiedades, eventos majestuosos, jardines convertidos en enormes cantinas, ferias y fiestas, Vino la cooptación de líderes tradicionales y la “gestación” de nuevos en el seno de la tesorería, los tinacos y las despensas que arrimaban miles de dádivas que parecían no tener fin. Se integraron aceitadas estructuras y se consolidó un fuerte clientelismo electoral. El PRD ganaba todas las contiendas.

Todo iba de maravilla en ese mundo de fantasía hasta que afloró el pleito por el control del poder y las finanzas, vino la fractura del invencible partido amarillo, la entrega del territorio municipal, el endeudamiento, la proliferación de grupos, la soberbia, el nepotismo y el hastío popular. En 2009 el PRD perdió las diputaciones local y federal, pero mantuvo la presidencia municipal, nuevamente gracias a oscuros apoyos de grupos priistas. Pero la debacle era inevitable. En 2012, aumentó la deserción de las filas amarillas, vino el “efecto Peña”, los priistas fueron juntos a la elección y dieron el empuje final al gobierno perredista.

La derrota dejó una difícil tarea a quienes se mantienen dentro de las filas amarillas. Huérfanos, sin líderes o cabezas de fuerza, pues habían abandonado el barco que se hundía. En 2013, sin haber asimilado la derrota ni tener experiencia de trabajo de oposición, los perredistas llevaron a cabo su proceso interno de renovación de estructuras, que dejó satisfechos a muy pocos, y una cauda de acusaciones mutuas de compra de votos y falta de compromiso y trabajo comunitario. “Durante más de un año ni siquiera nos hablamos”, me dijo un militante perredista.

En ese entorno de desconfianzas, sin liderazgos que reagruparan, y todos buscando arañar un lugar en la nómina, además de sentirse generales y hablar de sus inexistentes fortalezas y grupos, vino la definición del candidato y de la planilla para la elección del 2015. Un proceso donde nunca prevaleció una visión de partido ni mucho menos de poder. Ni una lectura adecuada del pasado cercano, de cómo en Chicoloapan la alternancia y la conservación del poder municipal han sido resultados, en gran parte, de los acuerdos entre grupos y personajes. No supieron o no quisieron aprovechar la enorme fractura de los priistas, traicionando con ello las expectativas de cambio de la ciudadanía, que ansiaba echar al PRI del palacio municipal.

El resultado electoral es conocido. Y ahora las cosas parecen complicarse. Hay más grupos dentro del PRD, es decir, es mayor la dispersión. Ello sería sano y loable si mantuvieran una directriz partidaria y una línea de acción concertada. Pero parece que las discordias se acrecientan. Todos desconfían de todos. Ya hasta el excandidato del PRD, que fue propuesto por los dirigentes de ADN, tuvo que crear su propia organización (CDIS), que por cierto es desconocida por esos mismos compañeros impulsores de su campaña. Unos dicen que la pugna es ficticia, para así rescatar inconformes, otros, que es más real que el retorno de Adrián.

De por sí ya estaba complicado el escenario para la oposición, ahora que hay más aspirantes en la línea de arranque pueden estar caminando a su declive (Morena va a por todo, Encuentro Social no quitará el dedo del renglón, y los "independientes" pueden asomar la cabeza). “Jugando” con ese escenario los tres excandidatos que obtuvieron mayor votación en junio pasado, llevan a cabo reuniones o encuentros "para llegar a acuerdos". Primero lo hicieron en lo oscurito (fieles, unos, a su creencia de que esto es sólo de unos cuantos, y otros, más ingenuos, de que con sólo juntarse ya solucionaron el conflicto). Con acierto, el excandidato perredista, Samuel Ríos, cuando le correspondió ser anfitrión, hizo una convocatoria abierta, para permitir transparentar esas reuniones y probables acuerdos frente a sus seguidores. Buen intento, pero fue notable la ausencia de agrupaciones perredistas de las que se esperaría fueran sus aliados naturales.

Regresamos pues al principio. Al día de hoy ha quedado claro que Morena no irá, en la elección del 2018, con el PRD “ni a la esquina” (Peje dixi). Es obvio. Fueron miembros de este partido y lo abandonaron por intereses y conveniencias. Por eso el PRD nacional ya acordó, para el 2016, una alianza con el PAN. Hay quien se rasga las vestiduras por esta anunciada alianza como si en política hubiera buenos y malos. Pregúntenle a cualquier ciudadano y les dirá que todos son iguales.

Pero el buen juez por su casa empieza y, en consecuencia, el PRD municipal debería primero recomponer las cosas al interior, como intentan hacerlo a nivel nacional; reconocer su responsabilidad en la peor derrota que ha tenido ese partido en Chicoloapan; revisar el comportamiento político de quienes han tomado las decisiones y usufructuado los cargos, sin caer en la autoflagelación, pero si con una visión crítica. De qué sirven los propósitos de renovación, que hablan de abrir el partido a la sociedad, cuando entre ellos mismos se desconocen; de qué sirven los discursos huecos de ser una verdadera oposición, si avalan todas las decisiones de la administración del patrón y nunca han expresado una crítica del mal gobierno, ni han hecho público algún posicionamiento político respecto de sus obras y acciones.

Pero esos son los que están, y con ellos seguirá operando el PRD en Chicoloapan. Lo demás, son sueños guajiros.

Juan Bautista Mendoza

sábado, 22 de agosto de 2015

La Columna Incómoda

Después de un buen servicio…
Los ciudadanos de las unidades habitacionales votaron mayoritariamente por el PRI. El 7 de junio refrendaron la continuidad de un gobierno tricolor. La respuesta generosa regresó inmediatamente después de concluida la elección: La restricción en el suministro de agua potable a las viviendas de las unidades. La carencia de sensibilidad social del gobierno del patrón (su cuñado es el encargado del ODAS) se ensaña sobre las familias, en momentos en que, según cifras oficiales, crece la pobreza y, con el inicio del nuevo ciclo escolar, merman los ya por si disminuidos ingresos de los mexicanos.

En épocas en que existían los partidos de oposición, abanderaban las causas de la comunidad y se sumaban a la defensa de los intereses de los ciudadanos. Ahora las amas de casa tienen que enfrentar solas las arrogancias de los funcionarios (Seguramente Colosio vería un Chicoloapan “de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla. De mujeres y hombres afligidos por abuso de las autoridades o por la arrogancia de las oficinas gubernamentales.”)

“En tiempos tan oscuros nacen falsos profetas…”
En un acto de congruencia el dirigente nacional y fundador del PRD, Carlos Navarrete, reconoce su parte de responsabilidad por los resultados electorales. No bastan las lamentaciones; hay que predicar con el ejemplo, y pone sobre la mesa su renuncia al cargo. En Chicoloapan muy pocos o ninguno de los dirigentes involucrados en el reciente proceso electoral acusa recibo de los acontecimientos. La vida sigue igual, diría el clásico. Los responsables de la debacle de todo un partido, que afectó a grupos, personajes y simpatizantes de carne y hueso, muestran su soberbia y, a contrapelo de lo que sucede en otros horizontes, ya se aprestan a reacomodarse entre ellos mismos. No aceptan que haya otras opciones. Es el mundo al revés: Esos personajes cuyas trayectorias, comportamientos políticos, agandalles y falta de pericia política fueron algunas de las causas de que la ciudadanía ya no creyera en sus propuestas, son los mismos que se aprestan a “acordar” la próxima renovación política. “Ya entendieron, me comentó un ingenuo militante, ya se están poniendo de acuerdo para lo que viene”.

Y lo que viene es más que previsible. Son los mismos que muestran lo que saben hacer: la cerrazón y la exclusión. Esto es nuestro y nosotros decidimos quiénes participan y quiénes no, parece ser el primer acuerdo. Pero la bomba está dentro. Cada uno de esos “salvadores” de sus prerrogativas (no del beneficio popular), levantará la mano para decir: yo voy primero. Y si no, cada quién para su santo. Total

Lo peor está por venir…
Muy pronto sabremos de qué está hecho el próximo edil. Ya se cruzan apuestas del giro que tomará su administración: ser un apéndice del responsable del peor gobierno de que se tenga memoria, (que llevó al tricolor a su más bajo nivel de votación) y, en consecuencia, la mera continuación del grupo actual. O asumir el control. Es decir, el poder. En ambos casos se avizora un complicado desenlace.

La descomposición acelerada del grupúsculo en el poder generó animadversiones entre propios y extraños. Como se sabe, el tricolor fue dividido desde el inicio de la administración del  patrón, dejando fuera a personajes y grupos con presencia real en Chicoloapan, y se acuerpó con gente ajena a cualquier compromiso con la comunidad, algunos incluso provenientes de otros municipios.

De ahí que si el nuevo edil se decide tomar el mando, lo tendría que hacer desde el inicio, con el riesgo de provocar la ira de quien se considera Julio César, y con las limitaciones de una estructura afín, con perfiles adecuados. Así también habrá de confrontarse con grupos adversos, con quienes desde hace rato tiene desavenencias.

Además está la “oposición”, me dirán. Pero, como ha venido sucediendo, puede ser muy cómoda, considerando a los vínculos y cabecillas de los partidos. Usted conoce muy bien, mi querido ciudadano, quienes representan esa “oposición”, su perfil colaboracionista y su incansable búsqueda del subsidio familiar. Fieles seguidores del lema priista: “vivir fuera del presupuesto es vivir en el error”.

Lo que resiste apoya.
Paradójicamente el soporte a la política del nuevo edil podría provenir que aquéllos que han sido sus adversarios más recientes. Dice el dicho popular que “para que la cuña apriete debe ser del mismo palo”, o como lo señalaba, en uno de sus célebres aforismos don Jesús Reyes Heroles: “lo que resiste apoya” en referencia a los adversarios radicales (que no enemigos, como precisaba). El próximo edil es de Chicoloapan y aquí vive (al menos hasta hoy). Sus primeros pasos políticos los dio con y gracias a un grupo político local. Tiene la oportunidad de impulsar una tregua y de reconstituir el tejido comunitario y de clan, e intentar ejercer una presidencia más o menos efectiva. Es complicado y los intereses y rencores son muchos. Pero para eso se creó la Política. Eso o mantener e incrementar la confrontación.

¿Y los ciudadanos? Bueno. Ya se avecina otra elección. Nuevamente le pedirán su voto para ratificar al candidato a gobernador que elijan, previamente, allá en las alturas. ¿Quiénes? Los mismos que ungieron y nos impusieron como gobierno en Chicoloapan a lo peorcito de los “políticos”.

Dos diputados por el distrito XL
A partir de la reforma a la ley electoral en el Estado de México, puede haber candidatos que, perdiendo, ganen una curul.  La modificación establece que la asignación de diputados de representación proporcional se hará alternando, uno de la lista que presente el partido, y otro de los candidatos “que no habiendo obtenido la mayoría relativa, hayan alcanzado la votación, en números absolutos, más alta de su partido por distrito.” Este fue el caso de distrito local XL, que comprende los municipios de Ixtapaluca y Chicoloapan, donde el PRD, obtuvo más votos (52 mil), pero quedó en segundo lugar. En consecuencia, por el tricolor, el diputado de mayoría es Reynaldo Navarro de Alba y, por el PRD, José Antonio López Lozano, es diputado de representación proporcional. ¿Tendrán doble beneficio los ciudadanos?

Juan Bautista Mendoza

martes, 16 de junio de 2015

LA COLUMNA INCÓMODA

La pulverización del voto en Chicoloapan

“Otra vez volvimos a perder”, me dijo decepcionada una señora de la colonia Revolución. “Toda mi familia y mis vecinos votamos contra el PRI, y ya ve, dicen que volvieron a ganar”. Igual varios trabajadores del volante, de esos que fueron obligados a asistir a las caravanas y mítines del PRI y de Morena, dicen “Nosotros votamos por César”.  Es cierto, los resultados oficiales de la elección de ayuntamiento, dan cuenta que 7 de cada 10 ciudadanos expresaron su rechazo, en las urnas, al actual gobierno tricolor.

 ¿Entonces, qué pasó? Lo que se preveía. Once opciones en la boleta electoral y la falta de acuerdos y altura de miras entre los dueños de los partidos, perfiló el resultado electoral: voto mayoritario contra el PRI, y la pulverización del voto opositor.

Votaron 57,532 personas, es decir casi la mitad (48 %) de los ciudadanos. El PRI obtuvo 16,666 votos; el PRD, 12,407; Morena, 10,140 y Encuentro Social, 8,846 votos. Los demás partidos obtuvieron, en conjunto, 7,533, además que 1,920 fueron nulos.


El PRD, tendió un corredor amarillo que incluye los barrios, Tlatel y San Miguel (donde el PRI se va al tercer lugar), las tres unidades de Auris y las colonias Santa Rosa, Venustiano Carranza y Revolución. En las demás colonias, barrios y en varias unidades quedó en segundo lugar; En la cabecera y algunas unidades se va al tercero; y en Beta 1, Beta 2 y Ejército del Trabajo, al cuarto sitio.

El PRI ganó las colonias Presidentes,  San José, Ejército del Trabajo, Francisco Villa,  Emiliano Zapata, los barrios de la cabecera y en todas las unidades habitacionales.

Morena no ganó ninguna colonia ni unidad, pero si en algunas casillas, siendo el segundo lugar en la mitad de las unidades habitacionales.

La sorpresa la dio uno de los partidos nuevos: Encuentro Social, encabezado por César Agustín Hernández, quien en un mes de campaña, captó las simpatías de miles de ciudadanos, en especial de la cabecera municipal, donde  ganó (secciones 1110, 1111 y 1114). No así en las colonias y unidades habitacionales, donde ocupó, en algunos casos el tercer sitio, pero en la mayoría el cuarto lugar. En Ejercito del Trabajo quedó en segundo lugar.

Fue un bosquejo de un “frente electoral” con personas y grupos de diverso color; minimizado por los “grandes” que lo señalaba como carente de fuerza política. Con sarcasmo a los perredistas que apoyaron a César les decían el ‘PRD junior’ y de los tricolores ni qué decir, pues los grandes líderes estaban de la mano con el patrón. Faltó tiempo y estructura, pero demostró la viabilidad de un proyecto plural y, sobre todo, la aceptación ciudadana, incluídos muchos jóvenes que nunca antes habían participado en política.

El resultado electoral mostró, entre otros aspectos:

Una caída estrepitosa de los dos partidos principales. Grave en el caso del PRI, por ser el partido en el poder y usar los programas y recursos, con tal desfachatez, como sucedió con las tarjetas efectivas, despensas y las tan sonadas pantallas, que se entregaron en el clímax de las campañas electorales, utilizando la estructura partidista.

El tricolor buscó amortiguar su caída con la coalición con el Verde y Panal, que aparecían como opciones alternas en la boleta, pero en realidad eran lo mismo que el PRI, quien obtuvo, por esta vía, más de 2 mil votos adicionales.

Morena tuvo un año para posicionarse, no sólo en los medios masivos, donde su “jefe máximo” nos machacó con su “ejperanza”, sino además, el candidato local, se dedicó a promocionarse, primero como “coordinador” y luego como candidato, con un evidente despliegue de recursos que lo hizo “parecer” ganador. Al final obtuvo el tercer lugar.

El PRD pudo ser la opción ganadora, ante el descrédito acelerado del gobierno municipal. Pero sus dirigentes y los propios regidores optaron por la vía de la colaboración con el patrón antes que actuar como oposición. En el proceso electoral imperó la mezquindad para la integración de la planilla, haciendo a un lado la oportunidad de consolidar un frente de amplio espectro. “Solos ganamos”, fue el mensaje del grupo dirigente. No sólo no les alcanzó, sino que se propició la ruptura interna.

La diversidad de opciones, la negativa a concretar una alianza de facto y un gobierno compartido, provocó la dispersión de los votos. La mayoría de los ciudadanos (70%) votó en contra de la continuación del PRI, pero la voluntad popular se diluyó entre 10 opciones.

Aún así, los perdidosos lo culpan a usted. Sí, a usted, mi querido ciudadano(a) de haberse dejado comprar por una despensa, una “efectiva” o una pantalla, cuando los líderes nunca cuestionaron las acciones del gobierno municipal, y le decían a usted que recibiera lo que de daban, porque son recursos públicos, no de los partidos.

Y ellos, los que consolidaron las condiciones para la dispersión del voto le gritarán “¡despierta, pueblo!” y sandeces por el estilo. Pero usted y yo sabemos que los pueblos tenemos los gobiernos que no podemos evitar, gracias a los dueños de los partidos “de oposición”, que pusieron su interés por delante; también por el vil interés del grupo en el poder que, sin ética, se dedicó a otorgar dádivas entre un pueblo necesitado y carente de recursos.
Pero esto no se acaba hasta que se acaba. Nuevamente están dadas las condiciones para un proyecto de gran calado, cuya construcción debe iniciar desde ahora, no en el 2018. Un verdadero frente opositor que exija y vigile al gobierno y que encabece las demandas ciudadanas. El propio candidato ‘ganador’, deberá entender esta nueva situación, u obedecer simplemente las órdenes del patrón (Quien por cierto ya se siente Julio César -Veni, Vidi, Vici- Patético). No olvidemos jamás que 7 de cada 10 ciudadanos rechazan la continuación del actual gobierno municipal.


Juan Bautista Mendoza
Uno de los siete.

martes, 9 de junio de 2015

7 de cada 10 votaron en contra

Es difícil contestar a los ciudadanos que me preguntan ¿Quién ganó? Ante mi respuesta afirman tajantes ¡Pero si yo voté contra el PRI! Y es cierto, de cada 10 ciudadanos, 7 votaron en contra. Manifestaron, en las urnas, su rechazo y su intención de cambiar de gobernantes.

¿Entonces, qué pasó? Lo que se esperaba. Desde la llegada del actual grupo en el poder encabezado por el patrón, manifesté que una de los escenarios probables en la elección de 2015, sería la pulverización del voto. “Lo probable (en la elección del 7 de junio) con la pulverización del voto… será la continuación de un gobierno del PRI (“unido” con el verde y el Pañal), con 6 regidores de “oposición”... (Columna de enero).


De ahí la propuesta de construir, entre quiénes no coincidían con el patrón, un frente amplio opositor, que impulsara un proyecto electoral con el objetivo de rescatar el poder municipal, y evitar más daños a las comunidades por parte del grupúsculo que pretende enquistarse en Chicoloapan. No fue el caso, y los grupos “de oposición” pusieron por delante sus intereses. En lugar de ver la luna, miraron el dedo que la señalaba.


De forma oportunista, ante la cercana elección, algunos personajes intentaron "colgarse" del conflicto ejidal, y hasta se tomaron la foto al lado de quiénes mantienen una lucha por la defensa de sus derechos. Eran tiempos electorales y despotricaron contra el patrón, cuando durante el actual gobierno, nunca lo tocaron ni con el pétalo de una crítica. Fueron cómplices de sus decisiones, aún de aquéllas que afectaron precisamente el grupo ejidal.

Pero eso ya es historia, y como se mencionaba en dicha columna, “Ya vendrá la ola de acusaciones sobre usted mi querido ciudadano(a), sobre todo, por parte de los izquierdosos “puros”, quienes le reclamarán que se haya vendido por una despensa, un guajolote o una “efectiva”. Se repetirá hasta el cansancio que “los pueblos tienen los gobiernos que se merecen”, los llamados a “¡despierta, pueblo!” y sandeces por el estilo. Pero usted y yo sabemos que los pueblos tenemos los gobiernos QUE NO PODEMOS EVITAR, gracias, en gran parte, a los dueños de los partidos “de oposición”, quienes sólo se acuerdan de los ciudadanos cuando necesitan su voto. El poder los iguala. Todos, internamente, impulsan un solo ideal: el bienestar para su familia".


Pero esto no se acaba hasta que se acaba. En este proceso electoral se vislumbró un proyecto de frente amplio opositor, que captó las expectativas de la gente para deshacerse de quiénes no desean en el gobierno. Faltó tiempo, estructura y partido, pero demostró, en la realidad, que es posible y factible su construcción colectiva. 


Es el tiempo de ver la luna y más allá. Nuevamente están dadas las condiciones para un proyecto de gran calado, cuya construcción debe iniciar desde ahora, no en el 2018. Un verdadero frente opositor (habrá 6 regidores que tienen que actuar como oposición), que exija y vigile al gobierno municipal y que encabece las demandas de la ciudadanía.  No olvidemos jamás que 7 de cada 10 ciudadanos rechazan la continuación del actual gobierno municipal.


Juan Bautista Mendoza
Uno de los siete.

jueves, 28 de mayo de 2015

Por quién y porqué votaré el 7 de junio

Quizá a usted no le interese, ni yo tengo por qué decirlo. Pero considerando, y en respeto a la cantidad de lectores que acuden a este blog, hago público mi voto.

Mi decisión no obedece a la línea política de ningún grupo, ni al cumplimiento de alguna orden emitida por algún patrón. Presumo que lo hago con entera libertad.

Tuve dos opciones: abstenerme y dejar que la elección pase asumiendo el rol de “pilatos electoral”, o emitir un voto razonado, de acuerdo con mis expectativas y convicciones, contradiciendo lo que he escrito con anterior, en el sentido que la cantidad de opciones beneficia al poder. Decidí hacer esto último.

No votaré por el partido en el poder ni mucho menos por sus candidatos. Me uno al sentir popular que busca evitar su continuidad, porque representan un grave retroceso para el municipio.

No votaré por Morena, que pudo ser una alternativa para Chicoloapan, pero la llegada de su abanderado le restó aceptación entre los ciudadanos. También porque su candidato ni siquiera me saluda. Sus motivos tendrá y yo los respeto.

No votaré por el PRD porque no conozco al candidato. No puedo emitir una opinión negativa ni positiva sobre su trayectoria, porque la desconozco. Entiendo que el candidato tampoco me conoce, ni tiene por qué. Si identifico a quiénes conforman los grupos mayoritarios de dicho partido, algunos son mis amigos, y que son quienes impulsan la candidatura, sé también de la integración de su planilla. Respeto sus decisiones, pero no motivan mi voto.

El Verde y Nueva Alianza son lo mismo que el PRI; obviamente no votaré por ellos. De los demás partidos no supe de sus propuestas ni identifico a sus abanderados. No puedo votar por ellos.

Sí conozco César Agustín Hernández, es mi amigo desde hace varios años. Es cierto que no habíamos coincidido, con anterioridad, en otro proyecto político. Entonces, cuando decide invitarme personalmente, evalúe lo comentado al principio, de estar contribuyendo a la dispersión del voto. Sin embargo, comprendí que mi voto no cambiaría esa intención del poder.

Es por ello, que en esta ocasión, además de votar por César, es decir, por el Partido Encuentro Social, decidí sumarme a su proyecto para ayudar, con mi grano de arena, a intentar modificar el esquema de poder político imperante en Chicoloapan.

Respeto a todos los contendientes. Nunca he coincidido con quiénes utilizan la ofensa y la calumnia contra ellos, y menos si utilizan una máscara, seudónimo o trol para hacerlo. Yo prefiero la crítica aguda, abierta y con nombre y apellido, con responsabilidad y argumentos. Estoy a favor de la democracia. Sólo uno ganará la voluntad mayoritaria de los ciudadanos; obviamente deseo que sea mi amigo y candidato por Encuentro Social, César Agustín Hernández.


Un saludo fraternal a los ciudadanos y ciudadanas, que leen esta columna. 

lunes, 13 de abril de 2015

La columna Incómoda

Las tres boletas

Una verdad de Perogrullo: Uno va a ganar y quizá sea quién menos queramos. ¿Qué le vamos a hacer? El espacio de maniobra es muy reducido, por no decir nulo. El 7 se junio los ciudadanos chicoloapenses que decidan pararse frente a la mesa de votación recibirán tres boletas. Habrá quién decida anular una, dos o las tres. Será su decisión y la forma cómo manifestará su hartazgo de partidos y políticos. Respetable decisión. La mayoría de los votantes, seguramente, marcará una opción. ¿Cuál y porqué? Esa es la cuestión.

Si he entendido de forma certera las opiniones de muchos ciudadanos de a pie y de los opinadores de la política, ninguno de los candidatos y/o partidos les genera simpatía alguna para ser merecedores de su voto. Pero son tres boletas.

Una de ellas muestra a los candidatos a la diputación federal. Coincido con la opinión popular de que ninguno hará nada por nuestras comunidades. Pues todos prometen y luego no cumplen. Entonces, sería indistinto votar por uno u otro. Allá estarán en la cámara disfrutando de tres años de privilegios y canonjías. Qué bueno. Que allá se queden. Si no ayudan que no perjudiquen. Pero resulta que en esta elección va un personaje que si afectaría, pues pretende enquistarse en el poder y controlar los recursos de Chicoloapan. Todos lo conocen, y parece que aquí es donde hay coincidencia entre tirios y troyanos; es mayoría la decisión que busca evitar que el patrón gane la elección para diputado federal.

Estaría resuelta la mitad de la primera ecuación política, la mayoría ya sabe por quién no votar. ¿Pero por quién si? Si la intención es evitar que llegue el indeseable habría que tachar por quien tiene la posibilidad de ganarle. Hasta el momento la contienda está entre tricolores (apoyados por el Verde) y amarillos. Una decisión complicada, sobre todo para quiénes tampoco están de acuerdo con el candidato del PRD, un personaje desconocido en Chicoloapan. Pero no hay para dónde hacerse. La otra opción sería “por cualquiera menos por el patrón”, con el riesgo de pulverizar el voto opositor. Ustedes deciden mis queridos ciudadanos y ciudadanas.

La segunda boleta mostrará a los candidatos a la diputación local. Hasta el momento no he escuchado ni leído opiniones definitorias respecto de partidos o candidatos. Pospongo, en consecuencia, mi opinión en este punto.

La tercera boleta, la que muestra las planillas para elegir ayuntamiento, es la que provoca mayor efervescencia, al menos entre quienes se interesan por los asuntos políticos. Hasta el momento todo gira alrededor de tres partidos (PRI, PRD y MORENA), cuyos candidatos se consideran a sí mismos ganadores. Son también quienes concentran las decepciones, cuestionamientos y las más acervas críticas hacia sus candidatos y hacia quienes controlan los partidos. De ellos se opina que ninguno es digno de gobernar a Chicoloapan y en consecuencia que ninguno ganará.

¿Entonces? Volvemos al principio: uno va a ganar y quizá sea quién menos queramos. Claro, me dirán, que hay más partidos (PAN, PT, MC, PH, PES, recuerden que el Verde y el Panal van con el PRI) y ya hay quién ha decidido apoyarlos, como otra forma de manifestar el hartazgo social hacia la clase política. Pero desconozco si alguno presentará una oferta atractiva y creíble, o pasarán de noche en la polvareda electoral. Pronto lo sabremos. 

Quizá sería positivo, para redondear el escenario, la aparición de un cuarto elemento. Hasta entonces podríamos dar una opinión. Mientras, tanto sigamos con el debate y observemos con atención a TODOS los integrantes de las planillas y a los equipos que los apoyan.

Juan Bautista Mendoza

martes, 10 de marzo de 2015

La columna Incómoda 137

Una desventaja de escribir en una revista mensual lleva el riesgo de que, cuando sale publicado el artículo, quizá los comentarios estén desfasados. Pero apelando a lo dicho por el Rey Salomón (no hay nada nuevo bajo el sol), aquí neceamos, mis queridos ciudadanos y ciudadanas del cada vez más ‘famosísimo’ municipio de Chicoloapan, y les comento los sucesos del acontecer político y de los tinos y desatinos de los “políticos” locales.

De registrados a ungidos
El día del registro de candidatos en el comité del PRI hubo porras, gritos y tamborazos. Dos registros para presidente municipal, que pareció confundir y hacer patinar a más de uno. Aunque como se sabe, sólo uno es el ungido por el dedo del señor; lo demás, es pantomima. Para el cargo de regidor, como siempre, hubo muchos registrados que afirman que eso y más merecen, y hasta fotos se tomaron. Ya luego de la fiesta vendrá la cruda, la cruda realidad, ya vendrán las decepciones o deserciones. A riesgo de equivocarme, como ya es costumbre, parece que quienes tendrán un lugar asegurado en la planilla son: en la sindicatura, Lilia Aguirre Romero (único registro en esta cargo); y como regidores: José Fuentes y Gabino Cárdenas, ambos de la CTM y Guillermo Vega, del Movimiento Antorchista.

Lo probable es que será ungido como candidato quien se encuentra más confrontado con otras agrupaciones del PRI; en especial con el grupo de ejidatarios opositores a los que ahora gobiernan, y que han sumado fuerzas con el movimiento antorchista y buscan atraer a otros desplazados o inconformes con el clan del patrón. Ello hace previsible un escenario diferente a lo planeado por el patrón, quien desde el inicio de la administración convocó a un “pacto contra los violentos”, donde, por decreto, se impedía la participación de una fuerza política (Antorcha), que, contrariamente a lo esperado, ahora regresa con la venía de las dirigencias nacionales y estatales del PRI.

Sin embargo, como todo en política, este nuevo escenario puede ser una oportunidad o un problema. La oportunidad permitiría un nuevo realineamiento de fuerzas, que regrese el control del gobierno municipal a los grupos locales y no a intereses externos al municipio. Total, si el nuevo edil negocia con sus actuales opositores estaría regresando a sus orígenes y de paso se quitaría la tutela del patrón. ¿O no?.

El Patrón sigue generando innovaciones. Es hasta ahora el único edil que, en sus primeros seis meses, vivió en la confusión, sin atinar a dar rumbo a “su gobierno” y al final del segundo año abandona el barco. ¡Renunció al faltar un año! Claro, para competir por otro cargo. Le bastó sólo año y medio para “administrar” el erario y salir corriendo. ¿Pase usted a creer?

En el caso del PRD se registraron varias planillas para competir por el Ayuntamiento. Pero como es sabido, a partir de sus acuerdos, usos, costumbres y arrebatos, la designación la hará el líder de ADN en Chicoloapan. Esto ha provocado “serias inconformidades” entre otros personajes del partido amarillo, quienes cuestionan que ADN quiera imponer, basados en los números electorales. Dichos actores olvidan que, en su momento, ellos también impusieron sus decisiones y sus candidatos. Su argumento es la carencia actual de cuadros sólidos y competitivos dentro del PRD; que no existen, precisamente, porque aquéllos que ahora se oponen, son quienes impidieron o cerraron el paso a nuevos liderazgos.

Lo probable es que se apruebe lo ya decidido, y que la propuesta de ADN será el candidato del PRD, quien tendrá que hacer un esfuerzo titánico, pues llega cuestionado y con mínima credibilidad entres sus correligionarios, que han hecho todo para poner en duda su improbable triunfo. Lo acompañarán en esta aventura, los que aparecen como seguros en la planilla y, probablemente, futuros regidores: Felipe Gómez Robledo (UPAS), Yazmin Nataly González Canto (MOVIDIG) y José Armando García Peña (FDAS).

Mientras tanto los morenos se aprestan a entonar la canción popular: “La vida es una tómbola, tom, tom, tómbola…” y a fin de mes elegirán candidatos a síndico y regidores, cuyos nombres se colocarían en una tómbola y se sortearían. Pero como nos ha acostumbrado el líder tropical de dudar de todo, parece que la dichosa tómbola estará “cuchareada”, así como sucedió al elegir al candidato a la presidencia municipal por Morena.

Por cierto, creo que es una buena idea, considerando la formación profesional del candidato de Morena, su conocimiento del manejo de los recursos públicos y el papel que dice pretender Morena, que revisara con lupa el gasto de la actual administración; solicitara la información necesaria para hacer transparente el gasto y darlo a conocer a la ciudadanía. Sería uno de tantos actos que demostraría que si es un candidato de la oposición.

¿Con cuántos cuento?
Según los datos del instituto electoral, en la elección del “domingo siete” de junio, la lista nominal de Chicoloapan será de unos 120 mil ciudadanos. Y si aceptamos como cierta la afirmación de los analistas de que el porcentaje de participación será de 45%, podemos afirmar que, en Chicoloapan, votarán unas 54 mil personas. Entonces, el partido que logre convocar un promedio de 25 mil será el ganador. Está fácil ¿O no?

Crece o decrece
En esta semana tomará protesta la dirigencia de una nueva sección de la CTM Chicoloapan, la 211 de Taxistas y Gaseros, encabezada por los Arturos, Fernández Aguirre y Parral Vázquez, respectivamente. Un desprendimiento de la sección 65.


Juan Bautista Mendoza

lunes, 2 de febrero de 2015

La Columna Incómoda 136

Lo deseable y lo probable
Mientras la miseria y la desmoralización se extienden por la república, los dueños de los partidos, sin el mínimo pudor, se aprestan a designar a los candidatos que les garanticen la continuidad de sus intereses y prebendas. ¿El pueblo? ¿Y esos quiénes son? Ah, sí. Los que van a votar por esos candidatos designados por intereses ajenos a las comunidades.

Dicen que la política es el arte de conjugar lo deseable con lo posible. La realidad en Chicoloapan muestra cómo se convirtió en la habilidad de agandallar espacios de poder y recursos.

Lo deseable para Chicoloapan es la construcción de un proyecto social, político y cultural cuya prioridad sea el desarrollo comunitario. Ello implica la integración de un frente amplio, plural  e incluyente que confronte el intento de enquistamiento del grupúsculo en el poder, encabezado por el patrón. Lo probable es la actuación inalterable de los actuales protagonistas del teatro político.

Vamos por partes: La estrategia actual del poder y de la ley electoral es la pulverización del voto opositor, aunado al desencanto social que invita a la abstención. Ambos  elementos facilitan la tarea de control. Entre menos participen en las cuestiones políticas y entre más divididos estén, mayor posibilidad de triunfo “electoral”.

En el PRI se mantiene la cultura de la opacidad, que raya en la ilegitimidad, donde la mano que mece la cuna decidirá al sucesor en el silencio impune del poder. No sólo la mitad de los líderes priistas están marginados del proceso, sino los militantes y simpatizantes son inexistentes en la toma de decisiones.

La “oposición” (PRD) tiene en sus manos la posibilidad de proponer un proyecto alternativo a la comunidad, que amalgame el descontento social; un proyecto plural y de amplio espectro, que regrese a los orígenes que dieron vida a su partido.   Esto sería lo deseable. Lo probable: Congruentes con su posición sumisa, la oposición en Chicoloapan, que nunca tocó al patrón ni con el pétalo de una rosa, designará un candidato “light”, muy cómodo a los intereses del grupúsculo que intenta adueñarse de Chicoloapan. Cómodo en el sentido que no represente ningún riesgo para el heredero que pretenderá ser manipulado por manos extrañas.

Morena se estrena como partido político en Chicoloapan. En un principio se vislumbró como una alternativa para sumar a los opositores reales al tricolor y a los descontentos con el PRD, una especie de “depuración”. Era lo deseable. Lo probable es que a Morena, con su abanderado actual, le corresponderá hacer el “juego democrático” al partido en el poder; en congruencia a lo que ha venido haciendo desde la campaña del actual gobernador, quien dará muestras de su “benevolencia” a quien le brindó un gran “banquete mediático” en 2011.

Lo deseable es un relevo del gobierno municipal actual por un proyecto social con real participación ciudadana en el diseño y ejecución de obras y servicios comunitarios. Lo probable, con la pulverización del voto, plasmado en una boleta electoral con 8 “opciones”, y un alto abstencionismo, será la continuación de un gobierno del PRI (“unido” con el verde y el Pañal), con 6 regidores de “oposición”: 3 de Morena, 2 del PRD y 1 del PAN. Los demás partidos, si aspiran a hacer la chica, sólo les queda juntarse y echar un volado para escoger un sólo emblema que los cobije y al candidato a primer regidor. Sólo así podrían desplazar al PAN o arrebatarle una posición a Morena.

Ya vendrá la ola de acusaciones sobre usted mi querido ciudadano(a), sobre todo, por parte de los izquierdosos “puros”, quienes le reclamarán que se haya vendido por una despensa, un guajolote o una “efectiva”. Se repetirá hasta el cansancio que “los pueblos tienen los gobiernos que se merecen”, los llamados a “¡despierta, pueblo!” y sandeces por el estilo. Pero usted y yo sabemos que los pueblos tenemos los gobiernos que no podemos evitar, gracias, en gran parte, a los dueños de los partidos “de oposición”, quienes sólo se acuerdan de los ciudadanos cuando necesitan su voto. El poder los iguala. Todos, internamente, impulsan un solo ideal: el bienestar para su familia.

La federal.
Respecto de la diputación federal está más que previsto el resultado. El PRI no ganará. La probable pulverización de votos en la elección de ayuntamiento, se amalgamaría en contra de un personaje bien identificado. Está cantado: Ni un voto para Aguirre.

Desmemoria reciente.
En 2011, cuando estaban por definirse los candidatos, hubo un acontecimiento (conste que yo no lo provoqué). En una página de Reporteros en Movimiento aparecían dos fotografías emblemáticas de personajes conocidos por los chicoloapenses: En la parte superior una foto de la líder antorchista y diputada federal,  Maricela Serrano, en plantón afuera de la Cámara. En una mano el micrófono. El pie de foto mencionaba el motivo del plantón: la petición de 900 millones pesos para programas de desarrollo social para Chimalhuacán. En la otra foto, otro diputado federal: Andrés Aguirre Romero. En la boca, el alcoholímetro. El pie de foto decía que el diputado fue conducido al “torito” por manejar en estado de ebriedad. En 2015 ambos personajes intentan regresar al congreso con el emblema del PRI. Ya sabemos lo que pasará.

Lo anterior viene a cuento ante el desgarre de vestiduras por la conjunción de manifestantes de diverso color hace unos días: antorchistas, ejidatarios, priistas, perredistas y ciudadanos sin partido marcharon en contra el mal gobierno del patrón. “¡Qué horror –gritaron-. ¡Juntos! ¡Que alguien me explique!”.

La memoria es corta. Pues Antorcha ya ha tenido posiciones de gobierno en Chicoloapan y fue apoyada y aliada de la mayoría de los funcionarios priistas que hoy están en el poder. En los trienios 2003–2006  y 2006–2009  tuvieron sendos regidores. Uno de ellos tiene el nivel de director en el gobierno municipal. Otros personajes, que hoy están con el patrón recibieron beneficios directos e indirectos del movimiento antorchista del que ahora despepitan. ¿Nombres? Todos los conocen y esta columna no tiene porqué hacerles publicidad. Ellos, seguramente, tendrán las fotos cuando acompañaron y se sumaron a la campaña del dirigente nacional antorchista Jesús Tolentino Román Bojorquez, quien fue diputado federal por el distrito 25 (Chimalhuacán-Chicoloapan). Por cierto, logró integrar una fuerte estructura de líderes en Chicoloapan. Entonces los antorchistas eran buenos, ahora ya no lo son, y menos si van contra el patrón.

Libertad de expresión.
Casualmente, cada que viene una elección aparecen los esbirros del poder. Me vuelven importante. Se incrementan las presiones. Aparecen las descalificaciones y calumnias. Ahora, también, aprovechan los disfraces y antifaces de las redes sociales. Todo por ejercer la libertad de expresión. Y eso que yo escribo de política, nunca me meto con la vida familiar de los políticos. Claro que en ocasiones cala más la pluma que la espada.

Juan Bautista Mendoza