martes, 5 de abril de 2016

La Columna Incómoda

Es sabido que la elección de autoridades auxiliares es un mero protocolo, para terminar de integrar la administración municipal; y se realiza para cumplir lo establecido en la Ley Orgánica Municipal del Estado de México y los Bandos Municipales, lo cual permite contar con auxiliares para la elaboración de programas y para realizar acciones comunitarias; es decir, elegir delegados a los que se les “delegarán” ciertas funciones.

La misma Ley señala a los concejos de participación ciudadana (COPACI) y a las organizaciones sociales como figuras en quienes pueden apoyarse o auxiliarse los ayuntamientos “para el eficaz desempeño de sus funciones públicas”, así como “para la gestión, promoción y ejecución de los planes y programas municipales en las diversas materias”.

En términos llanos, los delegados son los representantes o auxiliares de la autoridad en las comunidades, con atribuciones básicas en materia de orden, tranquilidad y protección de los vecinos y vigilancia del cumplimiento del bando municipal.  El COPACI es representante de la comunidad; no es un auxiliar (en el sentido de subordinado) del ayuntamiento, sino una figura ciudadana en quien el ayuntamiento busca apoyo para el cumplimiento de sus obligaciones; de ahí que el COPACI, como vaso comunicante entre la autoridad municipal y los ciudadanos tienen, entre otras las atribuciones, las siguuientes:

“I. Promover la participación ciudadana en la realización de los programas municipales; II. Coadyuvar para el cumplimiento eficaz de los planes y programas municipales aprobados; III. Proponer al ayuntamiento las acciones tendientes a integrar o modificar los planes y programas municipales; IV. Participar en la supervisión de la prestación de los servicios públicos; V. Informar al menos una vez cada tres meses a sus representados y al ayuntamiento sobre sus proyectos, las actividades realizadas y, en su caso, el estado de cuenta de las aportaciones económicas que estén a su cargo. VI. Emitir opinión motivada no vinculante, respecto a la autorización de nuevos proyectos inmobiliarios, comerciales, habitacionales o industriales y respecto de la autorización de giros mercantiles.” (Art. 74 de la LOMEM).

Pero en Chicoloapan, si ni a los responsables (regidores) se les consulta para ejecutar la voluntad y los caprichos de los presidentes municipales (el joven regidor de Morena, Jesús Monroy hizo público su desacuerdo con el acta donde se aprobó el presupuesto de egresos, pues nunca se lo proporcionaron para su análisis y evaluación, y luego ya ni lo invitan a los eventos oficiales), mucho menos van a consultar o a tomar en cuenta la opinión de los ciudadanos de a pie.

De ahí que la elección de delegados y COPACI's sea intrascendente para la mayoría de los ciudadanos (el domingo 20 de marzo participaron, en promedio 9 de cada 100 ciudadanos inscritos en el padrón electoral), y deviene un puro trámite, pues al final la mayoría de los elegidos terminan haciendo el vacío de sus encargos, por la falta de apoyos tanto del gobierno como de los grupos y de los mismos vecinos.

¿Entonces porqué ese ahínco por ganar de todas, todas?. Aunque en la forma es una elección ciudadana, en la realidad es un agandalle de los grupos políticos y se convierte en una pugna del gobierno municipal por demostrar que está fortalecido, y de los grupos por demostrar que tienen clientela. En Chicoloapan, entonces, la elección de delegados y COPACI's fue una jugarreta entre quienes controlan tres partidos: PRI-Gobierno, PRD y Morena.

El pasado 20 de marzo se disputaron 19 delegaciones. El PRI-Gobierno ganó 15 y el PRD, 4. Los votos totales que se pudieron contar en las mesas fueron: El gobierno municipal (PRI): 5,373 votos; José Pineda y aliados (PRD): 2,900; Adrián Galicia y aliados (Morena): 1,525.

También se eligieron 20 COPACI's. El PRI-Gobierno ganó 16; el PRD, 3; y Morena, 1. Los resultados totales: gobierno municipal (PRI): 6,647 votos; José Pineda y aliados (PRD): 3,311; Adrián Galicia y aliados (Morena): 733.

En la unidad Ciudad Galaxia (SARE) participó, además, otra planilla identificada con Antorcha, que quedó en segundo lugar, y donde, por cierto, no apareció en la boleta el número de esta planilla (dicen que por error); desaparecieron más de 200 boletas; y la policía decomisó las urnas y las trasladó al palacio municipal.

En la colonia Francisco Villa, también se registró otra cuarta planilla, identificada con la fracción disidente de Morena, y quedó en tercer lugar, arriba del “bloque institucional” de Morena. En la colonia 2 de Marzo no hubo elección, pues sólo se registró una planilla (PRI).

El PRD registró planillas en todas la comunidades (menos en 2 de Marzo), y ganó las delegaciones de Auris 2 y 3, Auris 1, Santa Rosa y Ara 2; así como los COPACI's de Auris 2 y 3; Revolución y Ara 2. Morena registró planillas para delegados en 13 comunidades; no ganó ninguna. Y sólo en tres comunidades registró planillas para COPACI; ganó el de Santa Rosa, donde dicen que Pedro de la Rosa se empecinó en liderar con el argumento de que “sería lo único que ganarían”.

Como pocas veces, los resultados se manejaron con mucho sigilo por todos los involucrados, de tal forma, mis queridos ciudadanos, que no tuvimos acceso a datos como totales de boletas, boletas sobrantes, ni votos nulos. Sólo se nos informó que en Ara II y en Auris I se robaron las urnas. En este caso aparecieron los mercachifles y “negociaron” las posiciones (delegado, para PRD y COPACI para el PRI), a sabiendas que quienes encabezaban el COPACI-PRD son personas con un trabajo permanente en la colonia y son los verdaderos ganadores (como demostraron en en la elección del 2015, cuando ganó el PRD, no obstante la división interna del grupo que opera en Auris I, donde unos se fueron al PES y otros al PRI).

En la colonia Revolución hubo un empate técnico: la delegación la ganó el PRI-Gobierno por 1 voto (381 a 380); y el COPACI, el PRD (411 a 383). La Colonia Santa Rosa sigue siendo la de mayor competencia electoral, aunque con poca participación (de 2,500 boletas, sólo votaron unas mil 100 personas). Los resultados para delegado: PRD, 373; PRI, 370; Morena, 354. Para COPACI: Morena, 370; PRD, 366; PRI, 366.

 ¿Qué tal? Lo real es que en este proceso prevaleció la mezquindad entre los participantes. La soberbia de la comisión, que exigió el registro presencial de cada uno de los integrantes de la planilla y canceló el registro de la planilla 5 del COPACI para la cabecera (¿dónde estaban los cabecillas para defender a sus seguidores que dicen representar?); y la cerrazón para proporcionar información de una “elección de ciudadanos”. ¿Y qué decir de aquéllos que en el discurso afirman ser fuerza mayoritaria en Chicoloapan y no fueron capaces de registrar planillas en todas las comunidades, ni ganar ninguna? ¿O de aquéllos que dicen ser de oposición y asumen el triste papel de cancerberos y negocian sin pudor las posiciones a conveniencia? Yo nada más pregunto.

Juan Bautista Mendoza