sábado, 15 de junio de 2013

Columna Incómoda 119

La metamorfosis.
Como si fuese un guión cinematográfico los ciudadanos vemos como se transforman las actitudes y comportamientos de algunos funcionarios. Como vulgarmente se dice, es el efecto del tabique. Obregón decía que nadie aguanta un cañonazo de 50 mil pesos, y menos si ese nadie jamás había visto junta esa cantidad. Y además por no hacer nada.
La transformación se da también en el mimetismo (ya hasta se visten igual que el patrón), y las loas al poder. Qué lejos quedaron aquéllas afirmaciones de un “dirigente”, de cuyo nombre no quiero acordarme, que decía que ante la imposición de A.A., preveía tres años de oscuridad y retroceso. Pero ahora, que está en la nómina, con su familia, lo llama un excelente presidente, como hacía muchos años no tenía Chicoloapan.
Retroceso político.
Y vaya que somos testigos de un retroceso político. Cuando el país se enfila hacia la normalidad democrática, la transparencia y la rendición de cuentas, aquí impera la opacidad. La Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública obliga a los servidores públicos a entregar la información solicitada por cualquier ciudadano. Pero también establece que hay una Información Pública de Oficio, que deberá estar disponible “de manera permanente y actualizada, de forma sencilla, precisa y entendible” en medio impreso o electrónico (las páginas de internet son un medio idóneo, por su amplia difusión y el mínimo costo). Dicha información se refiere, entre otros asuntos a: puestos y remuneraciones de los servidores públicos; presupuesto asignado y ejercicio del gasto; el programa de obra; actas y acuerdos.
Pero el actual ayuntamiento, incumpliendo la ley, no ofrece ningún tipo de datos; es más, de acuerdo con tres integrantes del ayuntamiento (otros de plano ya ni contestan), a quienes les solicité el presupuesto para 2013 y el ejercicio del gasto al mes de abril, dijeron que ni siquiera ellos tienen acceso a esa información. Esta falta de transparencia genera todo tipo de rumores: como que los montos totales asignados a cada regidor ascienden a los 120 mil pesos mensuales y qué los del patrón, mejor ni mencionarlos.
¡A trabajar!
El pasmo del ayuntamiento fue interrumpido con la visita del gobernador Eruviel Ávila, quien anunció diversas acciones de beneficio para las mujeres. Asimismo, anunció obras para el municipio de Chicoloapan, tales como la construcción de un hospital, la puesta en marcha de una escuela de “nivel medio superior”, y un laboratorio.
Hay preocupación en un sector de la población ante estos anuncios. Primero. Porque la falta de pericia del patrón no sólo ha impedido que haya obras de relevancia en Chicoloapan, sino, que incluso, las que el Gobierno del Estado ha pretendido impulsar, no avanzan. Se dice que el tema del hospital ya estaba arrumbado, pero gracias a que el diputado local retomó el asunto, se rescataron esos valiosos recursos. La cuestión es que el gobernador anunció el inicio de la construcción. Una obra prioritaria para los habitantes de Chicoloapan.
Segundo. Cuando el candidato Eruviel Ávila estuvo en Chicoloapan el 17 de mayo de 2011, firmó varios compromisos, uno de los cuales era La construcción y equipamiento de una Unidad de Estudios Superiores. Hace algunas semanas el gobernador hizo público el inicio de la construcción de 10 nuevos planteles universitarios para 2013, uno de ellos en Chicoloapan. ¿Pero que creen?  Otra vez la falta de pericia echó todo por la borda. Carente de sensibilidad política, sin una previa negociación, pidió que los ejidatarios donaran las parcelas necesarias para dicha escuela.  Pero estos dijeron no. Y No es que estén en contra de la educación, el problema es que ya no le creen al patrón, quien además, nunca ofreció un pago a cambio o algún tipo de beneficio para las familias de ejidatarios, que toda negociación social y política lleva implícito. Ello complicó la posible construcción de la universidad.
Quizá por ello, en su visita del 2 de mayo pasado, el Dr. Eruviel ya no habló de una universidad, sino de una “escuela de nivel medio superior”, es decir una preparatoria, que “iniciará en unas aulas prestadas por el Ayuntamiento”. Siempre serán bienvenidos los centros educativos, pero hay mucha diferencia entre una preparatoria y una universidad, como lo saben muy bien los miles de jóvenes chicoloapenses que desean estudiar una carrera profesional.
Ante esta situación que se vive en Chicoloapan, en algunos círculos se habla de al menos tres iniciativas: 1) La creación de un comité ciudadano de vigilancia que asesore y oriente al patrón, para evitar que se sigan perdiendo oportunidades de desarrollo para nuestro municipio. 2) Un grupo ciudadano que negocie directamente con los involucrados y factores de poder, en Chicoloapan, y con las instancias del gobierno federal y estatal para atraer obras de impacto social. 3) Otra, más radical, exigiría la renuncia del patrón, por ineficiencia, para evitar más daños al municipio.
O conmigo o contra mí
El patrón continúa con sus desplantes autoritarios en sus reuniones semanales de “evaluación”, que se reducen a regaños y humillaciones públicas a sus subordinados. De igual forma ha secuestrado al PRI en Chicoloapan, imponiendo por encima de “intereses de grupo” sus decisiones en las estructuras municipales. Es decir, se acabó el proyecto de partido, ahora hay un proyecto personal. Y quien no esté de acuerdo, “atenta contra la unidad” y, obviamente, queda fuera de toda posición y del presupuesto.
El burro hablando de orejas
¿Unidad? Basta recordar tres puntos: 1) La exclusión de los grupos y del propio municipio de Chicoloapan que hizo cuando fue diputado federal, y que los dirigentes priistas manifestaron, por escrito, ante las dirigencias del gobierno y del partido. 2) El desconocimiento de facto que hizo del comité municipal del PRI, creando una estructura paralela; y 3) La marginación actual de que son objeto quienes no están de acuerdo con él.
¿Será?
Hay quienes no lo expresan públicamente, pero en corto dicen: “ahorita estamos con él por interés, pero más temprano que tarde nos deslindaremos. No queremos ser cómplices de un gobierno inepto”.


Juan Bautista Mendoza