sábado, 11 de septiembre de 2010

La Columna Incómoda 91


“Aquí sabemos hacer política”.

La gran preocupación de Enrique Peña son las alianzas electorales, dicen sus opositores; pero es evidente que la gran preocupación de todos los partidos se llama Enrique Peña Nieto, quien se prepara con su grupo, para el relevo en el Estado de México, previo a la toma del poder presidencial.
En 2009 la estrategia le funcionó a tal grado que actualmente el PRI gobierna en la mayoría de los municipios del estado, y en todos los que son importantes política y financieramente. En la zona oriente controla toda la geografía, desde Ecatepec a Ecatzingo, pasando por Texcoco, Neza, Los Reyes, Ixtapaluca, Valle de Chalco y Chalco. La excepción, ya sabemos, es Chicoloapan, que gobierna el PRD.
Los opositores, que de pronto se encontraron descobijados de sus feudos, se preparan para rescatar algo de lo perdido. Pero como en todos los partidos, en el PRD hay grupos y están listos para cobrarse las facturas, al tiempo que buscan controlar el partido, que representa una gran fuente de presupuesto. En este escenario, la incertidumbre entre los grupos locales es con quién irán a la elección para gobernador. Saben que en alianza no pueden ir con un perredista o un panista, sino un priista. Pero probablemente también en este caso se queden chiflando en la loma, pues quienes acuerdan las alianzas pudiera ser que ya se pusieron de acuerdo, en el Cónclave de Los Pinos que reunió a Felipe Calderón y a la dirigencia nacional del PRI.
¿Y en Chicoloapan cómo sería el escenario? Aquí como se sabe, el PAN no existe como partido político real, ni existen grupos panistas con fuerza o presencia; luego entonces, si van en alianza, quien hará la chamba serán los amarillos, quienes a pesar de los vaivenes mantienen una estructura político electoral que les ha permitido ganar todos los procesos electorales. Continúan con su proceso de afiliación, cuyo avance les sirve para medir la presencia de los grupos en la comunidad. En Chicoloapan tienen la ventaja de estar en la nómina y de tener la presidencia municipal. De cualquier forma han aprendido que al final deben de ir juntos, con el candidato que les asignen, pues no han sido las bases quienes ponen a los candidatos; se los imponen, y aunque no estén de acuerdo, al final van juntos. “La ventaja de nosotros es que somos disciplinados, me decía orgulloso un perredista, o más bien estamos domesticados, pues hemos entendido que vivir fuera del presupuesto, es vivir en el error”. O como me dijo otra, más práctica, “a nosotros no nos importa a quien pongan, la cosa es que nos dé”.
¿Y en el PRI cómo enfrentarían la elección del 2011? En la forma parece que hay acuerdos, que están listos y disciplinados a lo indique el partido; pero en el fondo más parece que están prestos para dar el manotazo y agandallar lo que se pueda. El relevo en el comité municipal que debería iniciar una nueva etapa de unidad, parece que al final no fue tan terso y ha generado roces entre quienes se dicen líderes. En realidad los mueve más que el 2011, la elección del 2012, y cada quien trata de llevar agua a su molino. Si no hay ningún puntero, dicen, entonces puede ser cualquiera. De todas maneras aunque se diga que hay acuerdos, al final cada quien jala según su conveniencia. “Si no soy yo, hago como que apoyo. Total -dice un líder-, para qué echarle ganas o trabajar, si al final no te reconocen”. Así que lo que mueve a algunos dirigentes, parece que no es el proceso electoral sino el negocio. A nivel nacional alguien explicaba este tipo de comportamientos: Hay políticos a quienes conviene más ser oposición, pues obtienen ganancias que no tendrían si el PRI estuviera el poder. Por ello harán lo posible para que el PRI no regrese al poder.
No estaría de más voltear a ver el proceso electoral del 2005. Y en todo caso habría que preguntarse en Chicoloapan: “¿Aquí, sabemos hacer política?”

El zoon politikon
Juan Bautista Mendoza

Y mientras Víctor Hugo hace su labor con su expresión joven, el doctor opera y opera, y la licenciada espera y espera.