lunes, 10 de noviembre de 2014

Columna Incómoda 134

El trinquete

Hace ya muchos años, cuando la democracia se veía como un sueño o utopía; cuando los estudiantes salían a las calles a exigir libertades y alto a la represión; cuando los que se atrevían a criticar al gobierno eran desaparecidos; cuando había un partido hegemónico, encarnación de todos los males, a quien un escritor latinoamericano describió como “La Dictadura Perfecta” y luego fue “invitado” a abandonar el país. Digo, esa época ahora vista como lejana (¿¿??), uno de mis mentores, de formación economista, afirmaba que no fue en los libros de economía, sino en la física mecánica, donde entendió la esencia, la clave de la permanencia del sistema político mexicano.

Cuando un cuerpo se va en picada arrastra consigo lo que tiene atado. Sólo hay una forma de detener su caída: el trinquete. El trinquete, en física, es el mecanismo (puede ser un simple palo) que traba la polea y detiene la caída del objeto en picada.

En México, la palabra trinquete es sinónimo de tranza (El que no tranza no avanza). Trasladado al ámbito político, el trinquete es la esencia, la clave que evita la caída del sistema político (la tranza los une). En su forma palpable y cotidiana, el trinquete es la corrupción que impera entre la llamada clase política, al grado que el propio presidente de la república habla de la corrupción en un sentido “cultural”. ¡Como si los ciudadanos fueran los beneficiaros de la corrupción!.

Por eso los políticos señalan y estigmatizan al que se descuidó, al que no cubrió las formas; al que es pescado in fraganti. Estamos viviendo en México un momento cúspide de corrupción e impunidad. Quedó al descubierto la esencia del sistema: el trinquete. Corregido y aumentado. En un intento de “salvarse”, los políticos señalan al “culpable”; tratan de que todos miren  hacia otro lado y no hacia su  feudo, igual de corrupto e impune. Con esto lo que lograron fue encender el ventilador frente a ese gran montón de porquería.

Servirse con pasión

Para el año que está por terminar, la administración municipal de Chicoloapan, tuvo asignados 370 millones de pesos, los cuales se gastarían así: 117 millones para sueldos y salarios, bonos, gratificaciones y demás estímulos. Si a este monto se suman los gastos de “gobierno”, es decir, papelerías, gasolinas, viáticos, muebles, remodelación de oficinas, alimentos, asesores, fiestas y ceremonias y un largo etcétera, la administración. que trae una gran pasión por servir (se), se chutará la nada despreciable suma de 220 millones de pesos.

En estos gastos adicionales resaltan los más de 5 millones por pago de diseño y servicios de arquitectura; 7 millones para gasolina; casi 9 millones para asesores y servicios profesionales; 3 millones para su publicidad. Obviamente, para los actos faraónicos, perdón, para ceremonias oficiales, eventos y “circo”, los eventos del patrón, pues: casi 20 millones de pesos. Lana hay. Gobierno rico, pueblo pobre.

Es el tiempo de de los estudiantes.

La misma clase política ha provocado una conmoción social intentando sacar raja política. Han armado un gran montaje, cuyo final de la obra parece llamarse "El Apocalipsis Mexicano".

Antes, los estudiantes y los luchadores sociales eran acusados de vandalizar la propiedad privada. Ahora es la misma policía la que comete actos vandálicos contra los ciudadanos (como en el caso del comercio de Juan Bautista, cuya cortina de metal fue pintarrajeada por los encargados de cuidar el orden y la ley).

Pero siempre, en estas etapas han surgido voces y mentes sensatas que entienden los momentos catárticos. La cultura se impone. Es el tiempo de los estudiantes. Mientras unos son desaparecidos y asesinados, otros mantienen en el banquillo a los gobernantes. Entienden que este país es de todos y corresponde a todos delinear el presente y el futuro que queremos.

Lo que viene ¿es lo mejor?

Mientras los medios de comunicación y los discursos y actos de los políticos avivan el espectáculo, los grupos de poder se alistan para mantenerse o para acceder a los cargos que estarán en disputa el primer domingo de junio de 2015.

A los ciudadanos de Chicoloapan corresponde elegir: diputado federal por el distrito 39 (La Paz-Chicoloapan); diputado local por el distrito XL (Ixtapaluca - Chicoloapan). Y por supuesto, lo que incita la efervescencia de los grupos locales, Ayuntamiento (Presidente, Síndico, 7 regidores de mayoría y 6 de representación proporcional).

La competencia según la historia reciente, los grupos políticos o coyunturas será entre dos. Es cierto que cada tres años aparecen “nuevas opciones”, que al paso de los años ni siquiera se recuerdan, y que son copados por militantes descontentos o marginados por las cúpulas de sus partidos. Buscan hacer la ronchita para, en el anhelado “resto mayor”, obtener un regidor de representación proporcional. Pues en un municipio con un padrón electoral de más de 120 mil electores, quien aspire a ganar deberá convocar la voluntad de 30 mil ciudadanos.

Los resultados en Chicoloapan pueden considerarse, en la mayoría de los casos, atípicos, en el sentido de ser un poco diferentes al resto de la entidad. Como han sido competencias muy cerradas, la balanza se ha inclinado a uno u otro lado, dependiendo de las alianzas, actos u omisiones de líderes y grupos. En la siguiente columna intentaré realizar una radiografía de esos comportamientos, y su incidencia en el resultado electoral.

Juan Bautista Mendoza

No hay comentarios:

Publicar un comentario